Parece que existe cierta incompatibilidad entre algunos zumos de frutas y medicamentos concretos para tratar determinadas afecciones, al menos así se indica en un estudio realizado por un grupo de investigadores canadienses y estadounidenses. Zumos de manzanas, naranjas, pomelos, etc., no serían recomendables si estamos realizando un tratamiento farmacológico sea con antibióticos, betabloqueadores para tratar la hipertensión o ciertos medicamentos anticancerígenos.
Este descubrimiento contrasta con el que realizó en la década de los 80 uno de los investigadores del actual estudio, David Bailey, profesor de la Universidad Western (Canadá). En aquella ocasión, el profesor ponía de manifiesto que gracias a determinados zumos se lograba bloquear la incidencia de determinados enzimas que descomponían los medicamentos y por tanto, se mejoraba la eficacia de los tratamientos farmacológicos.
20 años después podemos conocer a través de un comunicado de la Universidad de Wester, que David Bailey ofrece nuevos datos tras haber investigado exhaustivamente la relación entre los zumos y medicamentos y rectifica ciertos matices del estudio que dio a conocer hace 20 años.
El estudio fue presentado hace unos días en la reunión anual de Sociedad Americana de Química en Philadelphia (Estados Unidos), el propio Bailey indicaba que se trataba de un giro de 180º, el trabajo realizado por los investigadores mostraba que tomar determinados medicamentos con zumos en lugar de agua provocada una considerable reducción de los efectos de los fármacos. En determinados tratamientos esta alteración podría ser significativa e incluso perjudicar al propio organismo al no recibir la cantidad adecuada del fármaco, como puede ser por ejemplo en el caso de los medicamentos anticancerígenos.
Hace 20 años el equipo de David Bailey anunciaba que determinados fármacos incrementaban sus efectos de forma peligrosa y aumentaba significativamente la presencia del medicamento en sangre, pudiendo provocar reacciones adversas a las que cabría esperar de sus efectos.
Desde entonces se han realizado distintas mediciones buscando las incompatibilidades entre los fármacos y los zumos de frutas, y es que cada medicamento es distinto, en algunos casos puede incrementar la efectividad y en otros reducirla, pero en la mayoría de casos, el zumo de pomelo, el zumo de naranja y el zumo de manzanas reducen significativamente la efectividad de los fármacos.