En el post Qué son las superfrutas, explicábamos el significado de este término y un breve resumen sobre su historia, la idea nació a raíz de una estrategia de marketing de la industria alimentaria en el año 2005. Se describía como superfrutas a aquellas frutas cuya cantidad de nutrientes, antioxidantes, etc., era mucho más elevada (eso decían) que en otras frutas, especialmente se destacaban las frutas exóticas. En cambio, las frutas populares con beneficios y cantidades de nutrientes similares no eran tan valoradas. Al respecto ya indicábamos que el mencionado término no contaba con el aval científico y no existían suficientes estudios que respaldarán su condición. Hablando de las superfrutas, nos hacemos eco del zumo de Noni, una bebida que se enmarca en el grupo de los alimentos milagro y que se comercializa bajo la promesa de que ayuda a las personas a mantenerse sanas y jóvenes.
El Noni, también denominado fruta del diablo, es originario del sudeste asiático, se obtiene de un arbusto con el mismo nombre. Una de sus características principales es su olor desagradable, aunque esto no impide que sea consumido especialmente si hay hambre, ya sea crudo o cocido. Este fruto ha sido utilizado por los aborígenes como medicina, trataban todo tipo de problemas de salud, no es de extrañar que en algunas islas del Pacífico se considerase al noni, una fruta milagrosa. La idea se exportó a occidente y se ha comercializado como suplemento dietético, incluso en el tratamiento contra el cáncer. Al respecto, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha denunciado la falsedad del zumo de Noni ecológico, una bebida que se comercializa nada menos que a 32 euros el litro.
Se comercializa de forma legal, cuenta con la autorización de la Unión Europea y se reconoce como un alimento seguro para el consumidor, algo que nos sorprende dada la falta de estudios científicos exhaustivos. A través de la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) podemos conocer algunos estudios que han revisado la literatura científica disponible para intentar esclarecer los posibles efectos en la salud por el consumo de Noni (Morinda citrifolia). Este fruto se considera un nuevo alimento según el reglamento europeo 258/1997 sobre nuevos alimentos y nuevos ingredientes alimentarios que no cuentan con un largo historial de consumo en la UE.
Podemos saber que en el año 2006 se realizó una petición a la EFSA para que evaluara la seguridad del Noni, se estudió principalmente la posibilidad de que su consumo provocara efectos adversos hepáticos, el precedente fueron cuatro casos ocurridos en Austria. No se logró determinar la relación entre los problemas de salud supuestamente provocados por su consumo. El caso es que se realizó una revisión exhaustiva de toda la literatura científica, teniendo en cuenta que ya en el año 2002, el Comité Científico de Alimentación Humana (SCF) autorizó el uso de la fruta del Noni, se recabó información sobre la presencia de antraquinonas ( compuesto orgánico aromático), la genotoxicidad (posible daño genético que pudiera ocasionar), la citotoxicidad (toxicidad en las células) y la alergenicidad, todos los resultados apuntaron que no existía preocupación, pero nada más, no se le atribuyen propiedades milagrosas como se pretende hacer creer, en este enlace podéis leer el informe.
Sin embargo, para aquellos que creen en las propiedades del zumo de Noni, destacar que no se puede abusar de él, la EFSA determinó la cantidad de zumo que podía consumirse dependiendo del percentil. Si se determinan unos valores máximos es por alguna razón y como ya hemos indicado, la carencia de estudios es un condicionante para disfrutar de este zumo como si se tratase de agua, aunque esto es poco probable dado su elevado precio. Por otro lado, hay que decir que parecen existir contradicciones en los informes, ya que han aparecido más casos de efectos hepatotóxicos, algo que forzosamente debería derivar en nuevos estudios que concretaran lo que no se concretó anteriormente cuando se determinó la imposibilidad de asociar los problemas de salud con su consumo.
Algunas empresas que venden zumo de Noni aseguran que se han realizado todos los análisis oportunos sobre los riesgos y se ofrecen las máximas garantías en el consumo, además se hacen eco de la etiqueta «alimento ecológico» intentando darle mayor valor al producto. No es que no sea un producto ecológico, de hecho cuenta con el certificado correspondiente otorgado por la Unión Europea, pero esto no certifica su mayor valor nutricional en comparación con otras frutas populares. Mientras no se determinen científicamente todas las propiedades del zumo de Noni, hay que desconfiar, como dicen en la web de la OCU, contiene menos vitamina C que el zumo de naranjas y su elevado precio hace que sea difícil beber grandes cantidades, por lo que su mayor aporte nutricional queda reducido a una mínima expresión.
Quizá la EFSA termine realizando un nuevo estudio y deje a un lado las revisiones de la literatura científica, despejar las dudas e incógnitas actuales es imperioso, sobre todo sabiendo que se sigue difundiendo con gran entusiasmo su consumo, cada vez son más los que se hacen eco de los supuestos beneficios del Noni.
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