Las alergias alimentarias son cada vez más frecuentes y especialmente entre la infancia, diferentes alimentos como los frutos secos, los huevos, el pescado, etc, contienen sustancias denominadas ‘alérgenos’ que inducen una reacción de hipersensibilidad o alergia en las personas susceptibles. Los alérgenos se reconocen por el organismo como sustancias extrañas y como consecuencia, el sistema inmunológico reacciona liberando sustancias que alteran el equilibrio del organismo dando lugar a los síntomas asociados a la alergia.
En los últimos años se han desarrollado tratamientos de inmunoterapia que consisten en la introducción del alimento que causa la alergia en la alimentación a una pronta edad y en dosis reducidas, lo que da como resultado una reducción drástica del desarrollo de la alergia. Pero estos tratamientos podrían quedar atrás gracias a la investigación llevada a cabo por expertos del Food Allergy Center (Centro de Alergia a los Alimentos) de la Universidad de Michigan (Estados Unidos). Los investigadores de este centro han logrado desarrollar una vacuna contra la alergia a los cacahuetes que ha conseguido evitar que se produzcan las reacciones alérgicas al consumir esta leguminosa.
La vacuna para la alergia a los cacahuetes no actúa como las vacunas tradicionales, en las que se inocula el microorganismo causante de la enfermedad debilitado o muerto, para estimular el sistema inmunológico para que reconozca al agente como una amenaza, lo destruya y almacene un registro del mismo (anticuerpos). Lo que hace es redirigir cómo actúan las células inmunitarias, previniendo su activación y posterior respuesta que desencadena la reacción alérgica.
Los expertos comentan que la inmunoterapia para las alergias alimentarias, como ya hemos explicado antes, implica un aumento progresivo de la exposición a los alimentos que provocan la desensibilización de los alérgenos alimentarios en algunas personas, pero no la tolerancia a los alimentos que causan las alergias. Por ello, se consideró que era necesario un nuevo enfoque que fuera capaz de suprimir la respuesta alérgica a los alimentos. El trabajo se basó en la hipótesis de que la inmunización con alimentos junto con el adyuvante de la nanoemulsión, podría conducir a la modulación de las reacciones alérgicas al alterar la inmunidad alérgica preexistente y mejorar la inmunidad de la mucosa.
El estudio se ha realizado con roedores de laboratorio que sufrían alergia a los cacahuetes, respondiendo su organismo como lo haría el de los seres humanos, con síntomas como el picor leve, la aparición de sarpullidos, el desarrollo de urticaria, dificultad para respirar o reacciones graves como la anafilaxis, una reacción inmunitaria severa y generalizada que puede causar la muerte. En la investigación se evaluó la protección que ofrecía la vacuna contra las reacciones alérgicas administrándola a los ratones por vía nasal durante tres meses (una vacuna cada mes).
El resultado fue que estos ratones alérgicos a los cacahuetes, dos semanas después de la administración de la última vacuna podían consumir la legumbre sin que se produjera la respuesta que desencadena la reacción alérgica. Los expertos han logrado con éxito cambiar la forma en la que las células inmunitarias reaccionan ante los alérgenos, aunque sobre esta cuestión no proporcionan más detalles. Existen varias incógnitas, se desconoce si la protección de la vacuna es temporal o permanente, algo que se está estudiando mediante un seguimiento de los ratones, por lo que habrá que esperar a que se concluya esta fase de la investigación.
Los ensayos con roedores y los descubrimientos realizados son un paso más para iniciar en un futuro un posible ensayo con seres humanos, pero quedan otras muchas preguntas en el aire que deben ser resueltas antes de que se pueda llegar a este paso. Si todo sale según lo esperado, la vacuna contra la alergia a los cacahuetes sería un modo de utilizar la inmunoterapia para cambiar la respuesta del sistema inmunitario, pudiendo dar pie al desarrollo de vacunas terapéuticas que pudieran tratar todo tipo de alergias alimentarias.
Para llegar a esta primera vacuna, los investigadores del Food Allergy Center han estado trabajando durante casi dos décadas, pero aún quedan algunos años más para que esta vacuna pueda ser aprobada por la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) y empezar a distribuirse. Los investigadores comentan aquí que su investigación les está enseñando más sobre cómo se desarrollan las alergias a los alimentos, así como lo que se debe cambiar en el sistema inmune para tratarlas.
Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Foto 1 | Andrew Malone
Foto 2 | Stacy Spensley