La promesa de utilizar algas para reducir las emisiones de metano del ganado vacuno vuelve a ser un tema central en la lucha contra el cambio climático. Según una investigación realizada por expertos de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos), el uso de suplementos de algas en forma de suplementos puede reducir las emisiones de metano hasta en un 40% en las vacas en pastoreo, siendo un avance importante para los sistemas ganaderos más sostenibles.
Esta conclusión se suma a investigaciones anteriores como la del CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation), agencia del gobierno federal de Australia para la investigación científica, que en el año 2016 concluía que el alga roja Asparagopsis taxiformis podría reducir las emisiones de metano hasta en un 99%.
En Estados Unidos el estudio más reciente proporciona un enfoque práctico al demostrar que los animales de pastoreo pueden ingerir el suplemento de forma voluntaria, logrando reducciones significativas del metano que se libera sin afectar a su salud o a su peso. Este avance destaca por lo fácil que se puede aplicar en los sistemas de pastoreo, donde los animales no están confinados y resulta bastante complicado administrarles suplementos. Además, el estudio menciona la posibilidad de incluir el alga en bloques de sal o suplementos invernales para facilitar su acceso, lo que también supone un avance importante.
Para la agencia del gobierno federal de Australia el descubrimiento del alga roja revolucionó el campo por su impacto casi total en la eliminación del metano, sin embargo, el reto de producir las 300.000 toneladas de algas necesarias sólo para el 10% del ganado australiano, planteó grandes obstáculos, la estabilidad del compuesto activo bromformo y sus posibles riesgos para la salud humana y el medio ambiente también generaban dudas. Este es un compuesto químico que se encuentra en ciertas especies de algas con propiedades que afectan el metabolismo de las bacterias presentes en el sistema digestivo de los animales rumiantes.
El bromformo inhibe las enzimas responsables de la producción de metano en el rumen de los animales, lo que reduce significativamente las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero 28 veces más potente que el dióxido de carbono. Sin embargo, este elemento ha sido objeto de debate debido a su potencial toxicidad y su efecto sobre el ozono, algunos estudios sugieren que en grandes cantidades o con una exposición prolongada, el bromformo como hemos comentado podría ser perjudicial para la salud humana y para el medio ambiente.
Por otro lado, la empresa sueca Volta Greentech ha utilizado estos conocimientos y los ha llevado al ámbito comercial. En su momento, la empresa logró financiación para producir el alga roja a gran escala, y aunque los avances eran prometedores, se enfrentaban a desafíos similares a los de Australia, por ejemplo, cómo secar y procesar las algas de manera eficiente y garantizar la entrega a los ganaderos en un formato práctico y fácil de suministrar.
No hay duda de que las algas ofrecen una solución innovadora al problema de las emisiones de metano, su inclusión en la dieta del ganado reduce las emisiones y también mejora la eficiencia energética de los animales, transformando la energía que antes se desperdiciaba en forma de metano en una mayor producción de carne. Pero estos avances no abordan otros problemas asociados con la ganadería intensiva, como es el consumo excesivo de agua y tierras, la pérdida de biodiversidad y la presión que se ejerce sobre los recursos naturales.
Recordemos que según los estudios, producir un kilo de carne de vacuno requiere aproximadamente unos 15.000 litros de agua, frente a los 2.500 litros que son necesarios para producir un kilo de arroz. Para entender el cálculo es interesante retomar la lectura de este artículo en el que tratábamos la teoría del agua virtual, en esta teoría se habla de la suma del uso del agua en las diferentes etapas de la cadena de producción.
La realidad es que la producción masiva de algas sigue siendo un obstáculo, mientras que los estudios en Estados Unidos buscan optimizar la accesibilidad para animales en pastoreo y en Suecia se trabaja en soluciones industriales, la escala requerida a nivel internacional para un cambio significativo en la alimentación del ganado vacuno parece estar muy lejos. Los expertos comentan que es necesario un enfoque holístico, si bien las algas representan un avance significativo, es fundamental que las estrategias para reducir las emisiones en el sector ganadero se combinen con políticas que fomenten alternativas alimentarias más sostenibles como las dietas basadas en alimentos vegetales.
Reducir el consumo de carne, que no eliminarlo, junto con avances tecnológicos en la ganadería, podría ser la combinación ideal para abordar el cambio climático de una manera más efectiva. La clave estará en superar los desafíos de la producción y considerar soluciones integrales que reduzcan emisiones y promuevan un uso más racional de los recursos del planeta. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de California en Davis.
Fotos | Depositphotos