Recientemente, la multinacional Unilever ha dado a conocer públicamente su cadena de suministro de aceite de palma, convirtiéndose en la primera empresa fabricante de bienes de consumo que ofrece esta información. En un comunicado ha comentado que la transparencia y la trazabilidad son cuestiones muy importantes, ya que los problemas asociados a la forma en la que se cultiva y produce el aceite de palma, como la deforestación o los abusos de los derechos humanos, sólo se pueden abordar si se conoce exactamente dónde se producen estos problemas.
Unilever utiliza el aceite de palma en muchos de los productos que fabrica y comercializa, como resultado de ello, trabaja con alrededor de unas 1.400 fábricas y 300 proveedores directos para la compra de aceite de palma. Por ello, considera que al liberar esta información, hace que sea mucho más fácil sanear la industria, investigando y trabajando para solucionar problemas como los antes descritos, en colaboración con proveedores, asociaciones no gubernamentales, gobiernos y otras partes interesadas.
Sin duda, es un paso en la dirección correcta, ya que se cree que de este modo se producirá un efecto dominó y otras empresas darán a conocer su cadena de suministro proporcionando mayor transparencia a la industria del aceite de palma. Pero hay una cuestión que no se trata, como es el tema las grasas trans, hay que recordar que existe un amplio consenso científico sobre el impacto negativo de este tipo de grasas en la salud, se consideran dañinas y son responsables de las enfermedades cardiovasculares que provocan el 47% de todas las muertes en Europa. Se está dando protagonismo a un tema y dejando a otro, como son los efectos en la salud, a un lado.
En 2016 el panel de contaminantes de la cadena alimentaria (CONTAM) de la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) evaluó el riesgo de la ingesta de contaminantes químicos que se producen durante el procesado de los alimentos, concretamente el 3-monocloropropanediol, el 2-monocloropropanediol (2-MCPD) y los ésteres glicidil de ácidos grasos, sustancias que se forman durante el refinado de los aceites vegetales a una temperatura de 200º C y que están presentes, sobre todo, en el aceite y las grasas de palma. La ingesta diaria tolerable para el 3-monocloropropanediol y los ésteres glicidil de ácidos grasos es de 0,8 microgramos por kilogramo de peso corporal, pero según la EFSA, no existe un nivel seguro, ya que faltan datos toxicológicos. Como información complementaria, merece la pena retomar la lectura de este post en el que se puede ver un vídeo titulado ‘¿Por qué no tomar aceite de palma?’
Unilever comenta que su política interna sobre el aceite de palma sostenible que fue publicada en 2013 y actualizada en 2016, se basa en los principios y criterios establecidos por la RSPO (Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible), asegurando que el nuevo procedimiento de plantación cumple con todas las leyes y convenciones nacionales e internacionales relevantes. Recordemos que la RSPO tiene el cometido de auditar a las empresas que lo deseen para poder recibir el Certificado Aceite de Palma Sostenible (CSPO), certificación que avala que las materias primas se producen sin causar daño al medio ambiente o a la sociedad. Pero como en el caso de Unilever, esta organización no trata cuestiones como el proceso de refinado, la presencia de contaminantes considerados cancerígenos en el aceite, y si se realizan esfuerzos para evitar que se generen o para eliminarlos, algo que debería tocar.
Unilever explica que la cadena de suministro de aceite de palma es larga y compleja, ya que se trata de un ingrediente que cambia de manos en muchas ocasiones antes de llegar a su destino. Comenta el funcionamiento de la cadena desde que se producen las semillas y hasta que el aceite llega a las empresas, argumenta las razones para dar mayor visibilidad en toda la cadena de suministro, razones que ayudarán a acelerar la transformación de la industria. Mediante un trabajo complejo, se han mapeado más de 1.400 fábricas y más de 300 proveedores directos, pero a pesar de este progreso, reconoce que todavía existen serios problemas ambientales y sociales que prevalecen en la industria, cuestiones que la empresa se compromete a eliminar.
Por supuesto, la RSPO ha felicitado a Unilever por la iniciativa, considerando que la transparencia y la trazabilidad es el primero de muchos pasos que se han de dar hacia una cadena de suministro sostenible, por lo que esta organización anima a sus miembros a secundar el ejemplo. Pero como ya hemos comentado, se sigue dejando en el tintero el tema de la salud, quizá sea el próximo paso de esta industria, si tenéis curiosidad, a través de este enlace (Pdf) podréis conocer el listado de proveedores de la multinacional. En este artículo publicado en la página web de Unilever podréis conocer más detalles sobre el paso que se ha dado en la transparencia de la cadena de suministro del aceite de palma.