En los últimos años se han realizado varias investigaciones sobre el té verde, concluyendo que contiene compuestos que ofrecen beneficios potenciales para la salud, reduce el riesgo de cáncer, estimula el metabolismo, previene enfermedades cardiovasculares, etc. Pero, lo cierto es que los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha ofrecen diferentes resultados, sobre todo en aquellos que se han realizado en base a un consumo habitual y prolongado.
Anteriormente hemos conocido investigaciones que apuntaban que el contenido en catequinas del té verde (antioxidantes polifenólicos), podían afectar al estado de salud del hígado, algo que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) descartó mediante una evaluación realizada el año pasado, pero indicando que eran necesarias nuevas investigaciones. El caso es que ahora conocemos un nuevo trabajo de la Academia China de Ciencias (CAS), en el que se sugiere que consumir té verde tres veces por semana, alarga la esperanza de vida una media de 15 meses y reduce un 20% las probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas.
Se trata de un estudio longitudinal realizado en China, en el que han participado algo más de 100.000 personas que consumían té un mínimo de tres veces por semana y a las que se les realizó un seguimiento por un periodo mínimo de siete años. Los participantes tomaban diferentes variedades de té, al separar el consumo de cada variedad, se constató que quienes consumían té verde tenían significativamente más beneficios para la salud, algo que, por ejemplo, no se determinó entre quienes consumían habitualmente té negro.
En este sentido, los expertos explican que existen varios factores que podrían explicar la diferencia detectada entre el té negro y el té verde. El primero contiene menos polifenoles beneficiosos, y se suele consumir con leche, lo que contrarrestaría aún más los posibles efectos beneficiosos para la salud. En la investigación, el 49% de los consumidores habituales tomaban té verde, sólo un 8% consumía té negro, esta es otra cuestión a tener en cuenta ya que la gran diferencia de las proporciones podría suponer una complicación en las observaciones realizadas, pero aún así, los resultados sugieren una notable diferencia entre el consumo de una u otra variedad.
Según los resultados del estudio, en comparación con los consumidores que tomaban té con poca frecuencia o nunca, quienes consumían té tenían un 20% menos riesgo de sufrir enfermedades cardíacas e incidentes cerebrovasculares, un 22% menos posibilidades de padecer enfermedades cardíacas fatales y accidentes cerebrovasculares, y un 15% menos riesgo de muerte por los problemas de salud citados. Los beneficios eran más significativos en el caso de los consumidores habituales de té verde, ya que tenían un 39% menos riesgo de padecer una enfermedad cardíaca o un incidente cerebrovascular, un 56% menos riesgo de padecer una enfermedad cardíaca mortal o un accidente cerebrovascular, y un 29% menos de riesgo de muerte por las causas citadas.
Los expertos comentan que los efectos protectores del té fueron más pronunciados entre los consumidores habituales de esta bebida, dado que los polifenoles no se almacenan en el organismo a largo plazo, es necesario que el consumo sea frecuente y durante un tiempo prolongado para poder obtener los beneficios mencionados. Ahora bien, se ha constatado una diferencia según el género, el estudio sugiere que los efectos beneficiosos son más sólidos y pronunciados en el caso de los hombres, en las mujeres los efectos positivos eran más modestos. Esto podría explicarse porque el 48% de los hombres eran consumidores habituales de té, cifra que se reduce al 20% en el caso de las mujeres.
Según leemos aquí, algunos expertos como la Dra. Jenna Macciochi, profesora de inmunología de la Universidad de Sussex, sugieren que estos beneficios que se han detectado en el estudio, podrían no estar directamente relacionados con el consumo de té verde en sí, los resultados podrían ser un reflejo de determinadas pautas en el estilo de vida de los participantes que, además, tomaban té verde. Es decir, en el estudio se deberían haber tenido en cuenta otros factores como la dieta y el estilo de vida a fin de afinar más en los resultados. Es más, se comenta que en China, tomar té no sólo es para calmar la sed, el acto o el ritual antes de su consumo, implica un tiempo para la preparación y para consumirlo tranquilamente, lo que podría suponer una acción que favorece reducir el nivel de estrés, lo que conlleva a una mejora de la salud.
Aunque esta investigación parece prometedora y revela los beneficios que ofrece el consumo sostenido de té verde, no hay que considerar la bebida como una panacea mágica para reducir el riesgo de sufrir diferentes enfermedades, en todo caso, se debe considerar como uno de los muchos aspectos de un estilo de vida saludable. Según leemos en el artículo de la European Society of Cardiology (Sociedad Europea de Cardiología), se continúa con el seguimiento de los participantes del estudio, especialmente en mujeres, considerándose que las asociaciones encontradas pueden ser más pronunciadas. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica European Journal of Preventive Cardiology.
Foto 1 | Republic of Korea
Foto 2 | Manabu Itoh