Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Brown (Estados Unidos) concluye que existe una relación entre un mayor consumo de pescado y el riesgo de sufrir un melanoma o cáncer de piel. En estudio que ha sido publicado en la revista científica Cancer Causes & Control, se considera de gran importancia debido al número de participantes (casi 500.000 personas), y relevante, ya que su diseño fue prospectivo, es decir, se evaluó la ingesta de pescado antes de que los participantes desarrollaran un melanoma.
Los investigadores comentan que en las últimas décadas el consumo de pescado ha aumentado en Estados Unidos y en Europa, resultados de investigaciones anteriores que analizaban el consumo de pescado y el riesgo de desarrollar un melanoma eran inconsistentes, pero, el nuevo trabajo muestra dicha asociación y da pie para seguir investigando y profundizando en el tema. Los expertos creen que la razón de esta asociación se encuentra en los contaminantes presentes en el pescado, como el metilmercurio, las dioxinas, el arsénico o los bifenilos policlorados (BPCs), entre otros.
Recordemos, por ejemplo, que diferentes compuestos organoclorados tóxicos acceden a los seres humanos especialmente a través de los alimentos marinos, son compuestos que entran en la cadena alimentaria desde materiales como los plásticos y a través del plancton, y como ocurre con la mayoría de contaminantes, pasan a lo largo de la cadena alimentaria. El plancton es ingerido por moluscos y peces pequeños, que son alimento de peces más grandes, que terminan siendo alimento de los seres humanos.
En la investigación se consideraron diferentes riesgos y variables como los factores demográficos o el estilo de vida (consumo de alcohol y tabaco, realizar ejercicio físico regularmente, etc.) Tras el análisis de los datos, se determinó que el riesgo de sufrir un melanoma era un 22% más elevado en aquellas personas que consumían una media de unos 43 gramos de pescado al día, en comparación con los que consumían una media de unos tres gramos de pescado al día. Además, tenían hasta un 28% más de riesgo de desarrollar células anormales sólo en la capa externa de la piel, conocido como cáncer en etapa 0 o melanoma in situ.
En este estudio de dieta y salud NIH-AARP del Instituto Nacional del Cáncer realizado entre 1995 y 1996, los participantes con una edad media de 62 años informaron sobre la frecuencia del consumo y cantidades de pescado crudo y cocinado durante el último año, posteriormente y a lo largo de 15 años, los expertos calcularon la incidencia de los melanomas utilizando datos obtenidos de los registros de cáncer. Durante el periodo del estudio, un total de 5.034 participantes desarrollaron un melanoma maligno y 3.284 participantes desarrollaron melanoma in situ. También se concluyó que la mayor ingesta de pescado no frito se asoció con un mayor riesgo de los melanomas citados.
En comparación con los participantes cuya ingesta diaria media de atún era de 3 gramos los que consumían una media diaria de 14’2 gramos de atún, tenían un 20% más riesgo de sufrir un melanoma maligno y un 17% mayor riesgo de sufrir un melanoma in situ. Claro, que también hay que destacar algunas limitaciones del estudio como, por ejemplo, que no se han tenido en cuenta algunos factores de riesgo para el melanoma, como el recuento de lunares, los antecedentes de quemaduras solares graves y otros comportamientos relacionados con el sol. A esto hay que añadir que la ingesta media diaria de pescado se calculó al inicio del estudio, por lo que quizá ese consumo no sea representativo de las dietas de por vida de los participantes.
Tampoco se ha demostrado causalidad entre el consumo de pescado y el riesgo de melanoma, aunque como antecedentes existen investigaciones anteriores que mostraban la asociación entre un consumo elevado de metilmercurio (mercurio en el pescado) y el riesgo de cáncer de piel. Los expertos comentan que si esta asociación está demostrada, es lógico, por tanto, que la ingesta de pescado también pueda estar relacionada, y más sabiendo que existen numerosos contaminantes presentes en este alimento.
Como decíamos, los investigadores comentan que es necesario realizar nuevas investigaciones centradas en los contaminantes presentes en el pescado, para determinar y comprender los mecanismos biológicos subyacentes de la asociación entre el consumo de pescado y el riesgo de melanoma. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la Universidad de Brown, y en este otro publicado en la revista científica Cancer Causes & Control.