El tupinambo (Helianthus tuberosus) es un tubérculo originario de sudamérica cuya planta, de flores similares a los girasoles en su forma y color, se cultiva con la finalidad de obtener esta preciada raíz. Su cultivo se remonta a la época de los amerindios (indios americanos), mucho antes de la colonización de los europeos.
El tupinambo, también llamado topinambur (por una tribu de indios americanos), alcachofa de Jerusalén, castaña de tierra, batata de caña, criadilla de agua, batata tupinamba o aguaturma, entre otros nombres, se introdujo en Europa en el siglo XVII, las primeras plantaciones se realizaron en París en 1613, posteriormente se extendió su cultivo por toda Europa. En esa época se consumía mucho hasta que lo suplantó la popular patata.
Este tubérculo es considerado un alimento diurético, se indica para quienes padecen reumatismo o diabetes por su particular composición nutricional, un 80% de contenido en agua, un 15% de proteínas, un 9% de carbohidratos, un 4% de fibra y un 1% de grasa además de vitaminas y minerales.
A diferencia de otros tubérculos, el tupinambo no almacena almidón, pero sí inulina, un glúcido complejo compuesto de cadenas moleculares de fructosa (una forma de azúcar presente en las frutas), de ahí que sea una importante fuente para la industria que utiliza fructosa.
Tiene una forma alargada y con nudos, puede medir unos 10 centímetros y su color varía del blanco roto al rojo, morado o marrón. Su textura es similar a la de la patata, crujiente en crudo, suave si se cocina, y de sabor ligeramente dulce. Hay quien encuentra un parecido a la alcachofa, de hecho es de la misma familia.
Con el tupinambo se puede hacer como con el jengibre, enterrarlo en una maceta, si es grande mejor, y dejarlo crecer para extraer después la cantidad que necesites para hacer tu receta. Es de fácil cultivo, soportando temperaturas altas y bajas.
La preparación de los tupinambos es muy variada, tradicionalmente se han preparado hervidos en los guisos o solos y acompañados de un poco de mantequilla, uvas pasas, jengibre u otras especias, etc. La alta cocina, que ya sabemos que últimamente están recuperando el interés por los ingredientes tradicionales y naturales, hace maravillas con ellos, la última degustación que realizamos de tupinambo en un restaurante fue con la Crema de aguaturma con butifarra y avellanas del chef Óscar Velasco del Restaurante Santceloni.
Seguro que vosotros también tenéis interesantes recetas con tupinambo, las podéis compartir con nosotros para ampliar el recetario de todos los lectores. Si todavía no has probado este tubérculo, podrás encontrarlo en grandes supermercados fácilmente.