Estábamos preparando una salsa de naranja y azafrán con la que vamos a aderezar el pescado de la comida de hoy, y entre sus ingredientes, necesitamos unas yemas de huevo a temperatura ambiente. Todos sabemos cómo conservar los huevos, es necesario que estén en el frigorífico, ¿qué truco de cocina podemos utilizar para cambiar su temperatura sin que sea un cambio brusco y sin tener que esperar demasiado tiempo?, pues lo vamos a ver a continuación.
Generalmente, si sabemos que vamos a necesitar huevos a temperatura ambiente para hacer una receta, los sacamos con tiempo y los dejamos en la cocina hasta que se atemperan. Pero a veces la improvisación, la falta de tiempo o el olvido, nos hace recurrir a algunos trucos de cocina para disponer de los ingredientes en las condiciones necesarias, como recientemente comentábamos sobre cómo obtener mantequilla en pomada rápidamente.
Una solución para tener los huevos a temperatura ambiente evitando los cambios bruscos de temperatura, que pueden provocar la condensación de agua en la cáscara y en consecuencia, aumentar el riesgo de contaminación (la humedad facilita la multiplicación de gérmenes), es poner en un recipiente agua tibia e introducir los huevos en ella para que poco a poco vayan perdiendo el frío.
Temperatura ambiente es un término que no concreta los grados a los que se debe encontrar, en este caso, un alimento antes de consumirse, pues en cada país esta temperatura varía, por lo general, se considera temperatura ambiente aquella que resulta confortable para las personas, pudiendo estar entre los 18 y los 23º C. Del mismo modo, no se puede concretar temperaturas sin especificar alimentos, pues hay unas recomendaciones para los vinos, otras para los huevos…
Nuestro método para que los huevos estén a temperatura ambiente en poco tiempo es introducirlos en agua tibia (no caliente), y vosotros, ¿tenéis alguna alternativa?, ¿cuál es vuestro truco de cocina?