Hace muchos años que consumimos soja texturizada en casa, un producto procesado saludable que también se conoce como proteína vegetal texturizada y que, como su propio nombre indica, se elabora con soja, una leguminosa que da mucho juego a la hora de hacer productos que faciliten la dieta vegetariana y vegana o simplemente la disminución del consumo de carne.
Con la tendencia al alza de reducir el mencionado consumo de carne, así como de personas que adoptan un estilo de vida vegano o vegetariano, la demanda de este producto ha aumentado hasta el punto de que ahora es fácil encontrar soja texturizada incluso en los supermercados (antes sólo estaba en tiendas especializadas), es más, el hecho de que sea un producto tan accesible por disponibilidad y precio, está haciendo que muchas personas lo incluyan en su alimentación.
Sobre la soja texturizada y cómo cocinarla os hablamos en su momento en este post, y como nos habéis preguntado varias cosas sobre este producto, pronto ampliaremos la información, pero hoy vamos a adelantaros un truco de cocina muy sencillo que va a gustaros a muchos de vosotros, consiste en tamizar la soja texturizada para separar los gránulos del polvo o la ‘harina’ que queda en el fondo del paquete.
Según qué receta se vaya a elaborar con la soja texturizada puede molestar que al final se mezcle con tanto resto de polvo del producto, pues evidentemente no ofrece la textura que tienen los trozos, ya sabéis que se parece a la carne picada tierna, así que lo que hacemos nosotros es lo que veis en la foto y ya os hemos comentado, pasamos la soja texturizada por un colador que no sea muy fino y separamos los gránulos de la harina.
Así se obtienen dos productos a cuál más versátil, por un lado, los gránulos, con los que se pueden hacer boloñesas, hamburguesas, albóndigas, rellenos para canelones pasteles de carne, etc. (recordad que hay para elegir al menos dos o tres grosores de los gránulos), y por otro lado, la ‘harina’ de soja texturizada que se puede utilizar para espesar cremas y salsas, entre otras cosas.
Como os comentábamos, es un truco sencillo pero que pensamos que es interesante tener en cuenta, seguramente muchas personas tiraban ese resto final del paquete de soja texturizada y es un desperdicio evitable. Recordemos que a pesar de ser un producto económico, es un alimento nutritivo y saludable, y que no utilizarlo en la cocina no sólo es tirar el dinero de lo que ha costado comprarlo, también lo que ha costado su producción.
Si sois de los que aprovecháis este resto fino de la soja texturizada en vuestras recetas, compartid ideas, nosotros también lo haremos en los próximos días, así todos le daremos más valor.