Hay muchos tipos de moldes para horno, y hablando de los desmontables también podemos diferenciar entre los que tienen una base y una banda o cinturón que encajan y quedan fijas cuando la ‘pinza’ está cerrada, y los que simplemente tienen como base una plancha que se posa sobre un pequeño sobresaliente del cinturón. Estos moldes sólo se pueden coger por las asas, pues si se cogen por la base se desmontan.
Son muy prácticos cuando se va a hornear una masa sólida y que resultará crujiente, como masa quebrada, hojaldre o alguna similar, por ello la mayoría de moldes con base desmontable son para hacer quiches o tartaletas. La junta entre el cinturón y la base no queda sellada, por lo que las masas líquidas se escaparían.
Puede darse el caso de que necesitemos utilizar uno de estos moldes para hornear un bizcocho o pastel con una masa batida, ¿cómo podemos utilizar un molde con base desmontable que no tenga escapes?, pues vamos con el truco de cocina más sencillo, que podemos realizar con un recurso habitual de nuestra cocina, el papel de aluminio.
Es tan simple como forrar el molde, pero por el exterior, con papel de aluminio. Debe hacerse manteniendo la lámina bien tensada para que quede el mínimo espacio posible entre el molde y el papel, ya sabemos que los líquidos necesitan muy poco espacio para escaparse.
En el caso de que el molde tenga un diámetro mayor al ancho de nuestro papel de aluminio, bastará con utilizar otro truco, el que os mostrábamos en el post Cómo forrar una bandeja de horno con papel de aluminio.