Los limones son una fruta cítrica que habitualmente se encuentran en todas las cocinas, su uso es muy variado, así que en cualquier momento, para hacer una receta de un plato principal, un postre, una salsa, una bebida… podemos necesitarlo. Generalmente en todos los frigoríficos o fruteros tanto de un hogar como de una cocina profesional hay limones, varios, y puede haber temporadas en las que se consuman menos o que alguno lleve mucho tiempo en el cajón del frigorífico y se haya quedado seco.
Al hacer limpieza el cajón y verlo, puede ser que el primer gesto sea tirarlo a la basura, por es una pérdida de materia prima, hay muchos trucos de cocina para aprovechar limones secos y hoy vamos con el más simple.
Cuántas veces hemos rallado piel de limón para aromatizar un bizcocho o una salsa, algunas mezclas de especias como esta de Manzana y especias para salmuera y hacer sal o azúcar de limón entre muchas otras cosas. En algunos casos es incluso necesario dejar secar la piel de limón antes de utilizarla para la receta, como en el caso de hacer sal o azúcar aromatizado. Así que una forma de aprovechar los limones secos y además ahorrarnos el tiempo de espera para obtener un polvo de limón, es rallando su piel.
No sólo nos servirá para las elaboraciones en las que se demanda piel seca de limón, cualquier otra receta se impregnará con el aroma y sabor cítrico característico si le incorporamos la piel rallada de un limón seco. Si no lo habéis hecho antes probadlo, si es necesario dejad un limón olvidado en el cajón del frigorífico.
Al rallarlo con un rallador que en este caso preferimos que sea bien fino, enseguida percibiremos su aroma, las glándulas de la piel exterior continúan conteniendo su aceite aromático. Hay muchas recetas con limón en las que podremos utilizarlo.