La trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) es una de las especies de trucha más comunes, originaria de ríos y lagos de Norteamérica, hoy se encuentra en todo el mundo, en buena parte por su productividad en acuicultura, su valor gastronómico y su interés para la pesca deportiva. Se trata de un pez de agua dulce que pertenece a la familia de los salmónidos, reside en aguas frías de ríos y lagos, y como comentábamos, es uno de los más fructíferos pescados de criadero.
Algunas truchas de esta especie hacen como los salmones, pasan algunos años en el océano y después regresan al río a desovar. Son éstas, conocidas también como trucha cabeza de acero o trucha steelhead (adquieren un tono más plateado), las que suelen alcanzar mayor tamaño, pudiendo llegar a pesar 24 kilos, con una longitud aproximada de un metro, pero el tamaño medio está entre los 50-75 centímetros de largo y los 3’5 kilos de peso. Evidentemente en el mercado encontramos truchas arcoíris de menor tamaño.
Ya conocemos la forma de la trucha, la apreciación de la trucha arcoíris es una cabeza más pequeña que otras especies de trucha, su dorso es gris azulado, moteado, con flancos plateados, abdomen claro y unas franjas anaranjadas o rosadas bilaterales, el color puede variar según el hábitat y su alimentación (es un pez carnívoro, se alimenta de larvas de insectos, crustáceos y pequeños peces), además de por su edad y reproducción.
La trucha arcoíris es un pescado azul, considerado entre los menos grasos de este grupo con alrededor de un 3% de grasas. Su carne es sabrosa, con tonos rosados debido al pigmento conocido como astaxantina (recomendamos leer el post Astaxantina y el color del salmón), que varían por distintos factores como comentábamos anteriormente y como sabemos, es un pescado con muchas espinas.
El aporte nutricional de la arcoíris es indudablemente interesante, aunque es variable según el hábitat o la alimentación de la que haya disfrutado. Su contenido en grasas ronda el 3%, por lo que podría clasificarse un pescado semigraso, aunque como comentábamos en el post Pescado azul, pescado blanco, esta categoría no existe como tal, pero dependiendo de la época del año, el pescado azul reduce su contenido graso situándose entre un 2’5 y un 5%.
La trucha arcoíris es rica en ácidos grasos omega3 y omega6, y aporta alrededor de 140 kcal. por cada 100 gramos. Además de su valor nutricional, hay que destacar su versatilidad culinaria, un pescado muy agradecido que podemos cocinar trucha a la plancha, al vapor, al horno, frita, ahumada… y dado que es un pescado abundante en acuicultura, se encuentra al alcance la economía doméstica actual.
Foto | Epicxero