La lista de trastornos alimentarios existentes es demasiado larga, anorexia, bulimia, vigorexia, ortorexia, diabulimia, permarexia, ebriorexia, el síndrome del comedor nocturno… algunos no se encuentran todavía catalogados como una enfermedad, como éste último. La permarexia es un desorden alimenticio que provoca en quien lo padece una constante preocupación por todo lo que come, están continuamente a dieta e incluyen en su alimentación suplementos vitamínicos, productos diuréticos o con fibra, creen ser especialistas en nutrición.
A pesar de que los trastornos alimentarios más conocidos son la anorexia y la bulimia, en parte porque en principio se cree que son los más dañinos, no podemos obviar otros, igualmente graves, como la vigorexia, este desorden suele sufrirlo la población masculina con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. La vigorexia puede considerarse el resultado de una obsesión por adquirir masa muscular, no quieren verse demasiado flacos ni flácidos, su pasión es rendir culto al cuerpo, pudiendo así obsesionarse y sumar a este trastorno la ansiedad u otros problemas psicológicos.
La ortorexia también es un grave problema que afecta tanto a hombres como a mujeres, se tiende a la obsesión de llevar una dieta estrictamente saludable, evitando productos que contienen grasas, productos elaborados de forma industrial, con conservantes. Se considera un trastorno alimenticio de la alta sociedad, basan su alimentación en productos de agricultura ecológica y según Steven Bratman (quien dio nombre a esta enfermedad) es muy común la desnutrición entre quienes padecen ortorexia nerviosa.
Los comedores compulsivos en cambio, tienen de base un problema de baja autoestima e inestabilidad emocional y llenan su vacío mediante una copiosa ingesta. Según Modesto Ángel Ruiz, Psicólogo del equipo de Salud Mental del Hospital Carlos Haya de Málaga, la mayoría de personas que padecen el trastorno por atracón, suelen ser las que sufren sobrepeso y que al intentar perder esos kilos de más, inician una dieta tan estricta que lo único que consiguen es padecer un alto grado de ansiedad y estrés. El desenlace, comidas más copiosas devoradas velozmente.
Otro síndrome que afecta actualmente a la sociedad, es el síndrome del comedor selectivo, según la doctora Dacha Nicholls, quien acuñó este término hace unos diez años, no es fácil de detectar y se caracteriza por seleccionar los alimentos que se ingieren a la vez que se limita la variedad.
Se considera comedor selectivo a la persona que se nutre de menos de diez alimentos en un mínimo de dos años. En este caso es muy complejo hallar la causa de este trastorno, pues es un comportamiento que puede venir desde la niñez. Casi todos los niños pasan por una época en la que no quieren probar nuevos alimentos, pero generalmente se va superando con los años, mientras que hay quien conserva durante la adolescencia e incluso durante la edad adulta, la escasa variedad en la alimentación.
Los trastornos alimentarios son enfermedades progresivas que se pueden convertir en crónicas y llevar a un desenlace fatal. No sólo se trata de una peligrosa conducta alimentaria, es una forma de expresar un problema psicológico, biológico o social. Es necesario encontrar el problema de raíz que ocultan, para lo que es necesaria la actuación de los especialistas, psicólogos y nutricionistas.
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