El CSPI (Centro para la Ciencia en el Interés Público) es una organización fundada en 1971 por investigadores que tienen la finalidad de defender la salud, la nutrición y la seguridad alimentaria entre otras cuestiones. Hoy conocemos una solicitud que esta organización ha realizado al USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), pide trabajar en la coexistencia entre cultivos transgénicos y cultivos ecológicos, es más, indica que el USDA debe exigir a quienes compran semillas transgénicas para su cultivo, que adopten las medidas oportunas para limitar el impacto de los cultivos modificados genéticamente en los cultivos tradicionales, en favor de los agricultores que no quieren tener nada que ver con los alimentos transgénicos y reduciendo sus temores.
Esta organización indica que el USDA tiene que hacer cumplir esa exigencia y mucho más con el fin de que los cultivos ecológicos puedan coexistir con los cultivos modificados genéticamente. Parece ser que este segmento de agricultores está preocupado por la posible contaminación del polen transgénico, y no se habla precisamente de seguridad o de posibles peligros, sino de pérdidas económicas, ya que en el momento en el que se detecta en una producción de cultivo ecológico material transgénico, se pierde la certificación y por consiguiente genera pérdidas para los agricultores, ya que no pueden comercializar su cosecha al precio estipulado según la condición de alimento ecológico.
Se habla de crear un seguro para poder compensar a aquellos agricultores ecológicos que hayan sufrido en sus cultivos una posible contaminación transgénica. Aunque esta solicitud queda relegada a un segundo término, la prioridad es garantizar la coexistencia entre ambos modelos de cultivo, y en ello se deben implicar los organismos competentes, las empresas biotecnológicas, los distribuidores e intermediarios de semillas y los agricultores.
Parece ser que el USDA publicó en el mes de febrero, una hoja informativa para facilitar dicha coexistencia, en este documento se plantean una serie de preguntas, el tipo de compensación que se debería proporcionar a un agricultor ecológico si en su cosecha se hubieran detectado organismos modificados genéticamente, qué sería necesario para evitar la contaminación de los cultivos ecológicos o convencionales, cómo se podría mejorar y reforzar la convivencia entre los tipos de cultivos de los diferentes sistemas de producción agrícola, etc.
También se informa sobre los planes y medidas a tomar para lograr la coexistencia entre cultivos transgénicos y ecológicos. Pero parece que el CSPI espera una respuesta más eficaz y contundente, se espera que se pongan cuanto antes en marcha determinadas normas, como delimitar una distancia de seguridad entre ambos tipos de cultivo, protocolos que permitan identificar la presencia no intencionada de material transgénico, ofrecer incentivos económicos a aquellos agricultores que destinaron tierra para crear una barrera de protección entre cultivos, etc.
Sobre la pérdida económica de un agricultor ecológico por haberse detectado material transgénico en su cosecha hemos hablado en otras ocasiones. En el año 2008 nos hacíamos eco de un informe elaborado por Greenpeace en el que se proporcionaban testimonios de agricultores que habían sufrido dicha contaminación, especialmente por maíz transgénico Mon 810, los análisis oportunos de los comités de agricultura ecológica detectaban la presencia de material modificado genéticamente y por tanto, la cosecha ecológica se descalificaba con las consiguientes pérdidas. La contaminación es algo que incluso el entonces Ministerio del Medio Ambiente, Medio Rural y Marino reconocía, indicando que existían afectados por los alimentos transgénicos, este era uno de los puntos tratados en una reunión entre el MARM, COAG, Amigos de la Tierra y Greenpeace.
Como decíamos, en el caso de Estados Unidos, en el artículo del CSPI, no se habla de posibles peligros de los alimentos transgénicos, simplemente de adoptar medidas que no perjudiquen económicamente a los agricultores ecológicos, esta es una reivindicación que realizan muchos agricultores de diferentes países del mundo. En Estados Unidos, del mismo modo que se pide más protección para los cultivos ecológicos, se incrementan las solicitudes para etiquetar los alimentos modificados genéticamente, ya no se habla de riesgos o peligros, simplemente se pide transparencia e información, pero parece que este derecho se veta. Posiblemente si se atiende a la protección que solicitan los agricultores de alimentos ecológicos, lo del etiquetado sea un tema que posiblemente no se resuelva.
Foto | Alternative Heat