El origen de la Tostada Melba es muy antiguo y su presentación diferente a lo que generalmente encontramos hoy bajo este nombre. Se han hecho muy populares este tipo de tostadas, ideales para los aperitivos y en muchos casos, son las elegidas por las personas que hacen dieta para adelgazar o por algún problema digestivo, sustituyendo al pan tradicional.
La Tostada Melba es una fina rebanada de pan tostado y crujiente que debe su nombre a la cantante de ópera Helen Porter Mitchell, cuyo nombre artístico era Nelly Melba. Cuentan que el creador de las tostadas Melba fue Auguste Escoffier, cocinero por entonces del hotelero suizo César Ritz, y que además de las Tostadas Melba creó el Melocotón Melba en honor a su admirada cantante de ópera.
Pero parece ser que antes de Tostada Melba las llamó Tostada Marie, pues el cocinero las elaboraba buscando satisfacer a la esposa de César Ritz, Marie Ritz, que quería disfrutar de las más delgadas y crujientes tostadas. Pero allá por 1897, cuando Escoffier se encontraba trabajando con Ritz en el Hotel Savoy de Londres, tuvieron hospedada a Nellie Melba, que cayó enferma y tomaba estas tostadas con regularidad, y las tostadas de Escoffier cambiaron de apellido.
Las tostadas Melba se convirtieron en un acompañamiento ideal para patés, sopas, mousses o ensaladas en la cocina inglesa, y aunque en el mercado encontramos unas tostadas ‘melba’ que son muy finas y extra crujientes, en forma rectangular y también redonda, parece que las más tradicionales son las tostadas triangulares, finas rebanadas de pan sin corteza tostadas en el horno y que resultan también muy crujientes pero más tiernas que las comerciales.
Lo ideal para hacer las tostadas Melba en casa es utilizar pan de molde (con o sin corteza, pues esta se puede retirar). Primero se tuestan las rebanadas de pan en el horno, y cuando la superficie ya tiene una textura algo crujiente, se retiran del horno, se cortan las cortezas y se abre la tostada en dos como si abrieras el pan para un bocadillo. A continuación se corta en triángulos y se vuelven a poner en la bandeja del horno a unos 190º C y con la parte que está sin tostar hacia arriba.
En unos minutos se tostarán los triángulos de pan y se curvarán ligeramente, quedando las puntas hacia arriba. Un pan fino y muy crujiente ideal para servir en los aperitivos.
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