Un grupo de investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) ha presentado una nueva variedad de tomates sin semillas que además contiene un nivel elevado de carotenoides, un tipo de pigmentos orgánicos presentes en muchas especies vegetales que el organismo no puede sintetizar y que debe obtener a través de la dieta. Estos pigmentos son elementos importantes por su función biológica como pro-vitamina A, vitamina que interviene en el crecimiento óseo, la protección y regulación de piel y mucosas, la formación y mantenimiento de las células epiteliales, etc.
Los carotinoides tienen propiedades antioxidantes, es decir, son elementos que pueden retrasar o prevenir la oxidación de las células consecuencia de la acción de los radicales libres, moléculas antioxidantes que proceden de diferentes agentes contaminantes del medio ambiente, contaminación atmosférica, productos fitosanitarios, grasas de algunos alimentos, etc. Los tomates sin semillas ricos en carotenoides se perfilan como un alimento más saludable y con mejores propiedades nutricionales, sin embargo, el aspecto no resulta tan atractivo como el de un tomate tradicional, lo podéis ver en la fotografía que ilustra estas líneas, a la izquierda un tomate normal y a la derecha el tomate modificado.
Para lograr desarrollar los tomates sin pepitas se ha trabajado en el paso de la flor al fruto, algo que no se produce sin fecundación mediante la polinización, proceso en el que se realiza una transferencia de polen desde los estambres (órgano floral masculino) hasta el estigma, parte de la flor que recibe el polen. Los expertos explican que en determinadas condiciones es posible que el ovario de una flor se transforme directamente en fruto sin necesidad de fecundación, es lo que se denomina partenocarpia. Este proceso designa al desarrollo de fruta en ausencia de fertilización y no es un fenómeno generalizado, ya que la fruta tiene como propósito permitir la reproducción de la planta en cuestión.
Los expertos del CSIC han utilizado técnicas de ingeniería genética con el propósito de bloquear el desarrollo temprano de los estambres, los ovarios de las plantas se desarrollan sin necesidad de ser fecundados dando lugar a frutos sin semillas o partenocárpios. Una generación de fruta sin semilla es algo paradójico o contradictorio en la naturaleza, ya que como hemos explicado, la finalidad es la reproducción. El caso es que los investigadores explican que este proceso puede tener diferentes aplicaciones en el campo de la agronomía o ingeniería agronómica, esta ciencia persigue la mejora de la calidad de los procesos de producción y transformación de los productos agrícolas y alimentarios. Claro, que también se habla de las aplicaciones industriales, resultará más cómodo para la industria tener como materia prima tomates libres de semillas.
Volviendo al tema de la calidad nutricional, son más saludables por contener un mayor nivel de licopeno, el pigmento que otorga el color rojo al tomate, este carotenoide se incrementa con el proceso de maduración, dependiendo de la variedad de tomates su contenido es mayor o menos, un ejemplo son los tomates pera, su contenido es 10 veces mayor que el que tienen los tomates de ensalada. Por otro lado hay que decir que dependiendo del tipo de cultivo, una misma variedad de tomate puede tener más o menos contenido de este antioxidante, es mayor en aquellos tomates cultivados al aire libre que en los que se desarrollan en invernaderos, al respecto os recomendamos leer el post La química del buen tomate.
A diferencia de otras técnicas empleadas para desarrollar frutos sin semillas que conducían a deformaciones y reducción de la calidad de los frutos, con la técnica empleada por los investigadores del CSIC (eliminación genética de los tejidos masculinos en las flores), se obtienen mejores resultados en los frutos. De todos modos, la apariencia de los tomates con semilla es mucho mejor y si queremos tomates de gran calidad con un elevado contenido en licopenos, hay que evitar los obtenidos de forma industrial. Tras leer el estudio detenidamente y sin restar importancia al incremento de las propiedades saludables, parece que los tomates sin semillas se han concebido especialmente para satisfacer a la industria agroalimentaria, podéis conocer más detalles a través de la página oficial del CSIC.
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Interesante artículo