Tan importante es la cocción de la pasta como su aderezo, a pesar de que la materia prima pueda ser la misma, cada tipo de pasta, por su forma y su tamaño, se expresa mejor si se acompaña de un tipo de salsa adecuada que se adapte a ella.
Si elaboramos cada tipo de pasta con la salsa adecuada, disfrutaremos plenamente de la fusión del plato. Hay pastas lisas, acanaladas, largas, cortas, tubulares… una salsa menos densa quedará en las hendiduras de la pasta acanalada por ejemplo, mientras que si esa salsa líquida la sirves con unos espaguetis, obtendrás un plato de espaguetis con una sopa de salsa.
Otra cuestión a tener en cuenta a la hora de elaborar un plato de pasta, es si la salsa se hace con verduras, carne, marisco, etc. Al tener trocitos, combina a la perfección con la pasta corta, sea o no hueca. Aunque siempre hay recetas que llevan la contra a la teoría, como pueden ser los espaguetis con almejas, así que la variante para mejorar el plato, serían los fideos, pudiendo elegir el grosor deseado.
En El libro de la pasta de Luigi Veronelli, nos indica algunas sugerencias para aderezar nuestros platos de pasta, por ejemplo, para las pastas largas tipo tallarines nos recomienda salsas calientes de tomate, verdura o hierbas, salsas blancas con crema de leche o similar, salsas de pescado o marisco y aliños de aceite de oliva aromatizado.
Para la pasta gruesa y corta, es ideal un aderezo de salsas de carne y de verduras, como un ragú de ternera, de carne con setas, etc. Y para la pasta plana y corta, mejora las salsas cremosas con queso o requesón, nata o purés.
La riqueza de un plato de pasta no se debe exclusivamente a la excelencia de los ingredientes, su fusión juega un papel fundamental. No olvidemos que también podemos jugar con los colores de la pasta, que además de aportar distintas vitaminas, ofrece presentaciones y combinaciones que entran por los ojos.