Una investigación realizada por expertos del National Food Institute de la Universidad Técnica de Dinamarca, ha detectado la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en los huevos ecológicos. Los PFAS son agentes químicos artificiales que se encuentran en muchos productos de consumo, pinturas, sartenes, muebles, insecticidas domésticos, etc., definidos como sustancias fluoradas que se bioacumulan en el medio ambiente y que son persistentes, de ahí que se denominen químicos permanentes, porque no se biodegradan.
Se tiene la sospecha de que algunas de las sustancias catalogadas como PFAS (hay en total 4.700) actúan como disruptores endocrinos e incluso podrían causar o promover algunos tipos de cáncer, pero, en general y según la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), la ingesta de estos químicos no supone un problema para la salud. La agencia estableció en su momento una ingesta semanal tolerable de la suma de cuatro de estas sustancias químicas (PFOA, PFNA, PFHxS y PFOS) en 4,4 nanogramos por kilogramo de peso corporal.
Los investigadores del National Food Institute señalan que la ingesta de cantidades elevadas de estas sustancias a lo largo de los años, puede causar diferentes problemas de salud y apuntan en particular a los niños que pueden abusar de los huevos ecológicos, de hecho, señalan que el consumo de cinco o seis huevos ecológicos por semana podría suponer la ingesta de hasta 10 nanogramos de PFAS por kilo de peso corporal por semana, lo que representa más del doble de la ingesta máxima establecida por la EFSA.
A esto hay que sumar la ingesta de PFAS procedente de otras fuentes, incluida la alimentaria, por lo que la ingesta semanal total sería mucho mayor, por ello, consideran que los niños corren un riesgo notable, ya que a la mayoría les encantan los huevos. La Unión Europea introdujo unos valores máximos de los cuatro PFAS antes citados en los huevos enteros, dicha reglamentación entró en vigor el pasado 1 de enero, lo que indica que los productos elaborados con huevo anteriores a esta fecha, podrían exceder los nuevos niveles máximos establecidos, pero esto es algo que ya se sabía.
Los expertos explican que estos agentes químicos se han encontrado en huevos ecológicos de toda Dinamarca, aunque también se han detectado en los huevos de gallinas de producción industrial, pero las cantidades eran inferiores. Al parecer, la causa de la contaminación es en gran medida por la alimentación que reciben las gallinas, los expertos sospechan que las sustancias se transfirieron de la harina de pescado que se incluye en el alimento de las gallinas, ya que identificaron concentraciones y composiciones uniformes de compuestos PFAS en granjas avícolas donde las aves consumen alimentos orgánicos.
Los PFAS son un ejemplo de un grupo de sustancias químicas que puede migrar y acumularse a lo largo de la cadena alimentaria, algo similar a lo que ocurre con el metilmercurio en los peces, el pescado está contaminado con PFAS y por consiguiente, la harina de pescado, que al incluirse en la alimentación de las aves, las contamina. De la gallina pasa a los huevos uniéndose a las proteínas de la yema, por lo que después pasa a los seres humanos a través de la alimentación. Una vez en los seres humanos, los expertos comentan que pueden pasar de 3 a 7 años antes de que la concentración de estas sustancias se reduzca a la mitad.
Estas sustancias químicas se introducen en el ciclo del medio ambiente y por la acción de los medios, termina depositándose en los mares y en toda la vida marina, en el caso de los peces, las concentraciones más elevadas se detectan en el hígado y la sangre, pero también se unen a las proteínas, por lo que se pueden encontrar en cualquier parte del organismo de los animales marinos. Como decíamos, este mes entró la nueva reglamentación sobre estas sustancias químicas, pero es necesario regular los niveles máximos en piensos y alimentación animal en general, tal y como se ha implementado para otros contaminantes ambientales.
Los expertos creen que el problema de la presencia elevada de PFAS en los huevos se resolvería con una alimentación más limpia, y en este sentido hay que decir que los productores de pienso para gallinas ponedoras del país, han anunciado que dejarán de usar harina de pescado. Por otro lado, el Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca planea trabajar en una estrategia que proteja el medio ambiente y a la población de estas sustancias químicas.
Quizá la alimentación que proporcionan los avicultores daneses a sus gallinas ponedoras no es tan ecológica como debiera, de hecho, se incumple la normativa, por lo que no nos extraña que los productores de pienso manifiesten que dejan de usar este ingrediente. Hay que decir que los huevos ecológicos se rigen por la normativa CEE nº 2092/91, donde se prohíbe el uso de cualquier sustancia química y de origen artificial, por lo que no se debería usar harina de pescado, siendo la alimentación a base de cereales procedentes de cultivos de producción ecológica sobre todo.
Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en el National Food Institute de la Universidad Técnica de Dinamarca, donde también podréis descargar la investigación completa y detallada.
Foto 2 | Trancemist