La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) ha dado a conocer el último informe elaborado sobre los residuos de plaguicidas en los alimentos, los datos corresponden al año 2011 y se analizaron alimentos procedentes de los 27 países comunitarios además de Islandia y Noruega.
En total participaron en la supervisión europea de residuos de plaguicidas en los alimentos 29 países, en cada uno de ellos se llevó a cabo un programa de control a nivel nacional que fue diseñado por cada país, y otro programa fue comunitario y coordinado por la Unión Europea, en el que se exigía que todos los organismos nacionales competentes realizaran actividades de supervisión continuas. Se recabaron más de 79.000 muestras de 647 tipos de alimentos diferentes, y se analizó la presencia de casi 900 tipos de productos fitosanitarios distintos. Pero el análisis se centró principalmente en dos pesticidas que habían sido aprobados para ser utilizados en suelo comunitario, y en pesticidas que están prohibidos en la Unión Europea.
Los resultados de los análisis muestran que el 98’1% de las muestras contenían niveles de residuos de productos fitosanitarios dentro de los límites estipulados por la UE, por otro lado, un 53’4% de las muestras no contenían residuos mesurables, es decir, su contenido era insignificante. Según la evaluación del riesgo alimentario realizada para estimar la exposición de los consumidores a estos productos fitosanitarios, se confirmó que no existía riesgo alguno para la salud a largo plazo en el 99% de los 171 pesticidas evaluados. El análisis también detectó que un 1’9% de las muestras tomadas para el programa comunitario superaba los límites máximos establecidos de residuos en los alimentos.
Con respecto a los residuos detectados, el bromuro (ion bromuro) fue el que tenía mayor presencia, estaba en un 36’4% de las muestras, a este elemento le siguen residuos de propamocarb, boscalid, tiabendazol, ditiocarbamatos, clorpirifos, imazalil y clormecuat, estos residuos de productos fitosanitarios se detectaron en un 5-25% de las muestras. Con respecto al resultado más significativo, el ion bromuro, los expertos de la EFSA explican que no necesariamente se han utilizados plaguicidas con bromuro de metilo, puede tener origen natural, ya que los alimentos que se obtienen de la tierra contienen cantidades variables de este compuesto.
En algunos productos alimenticios se ha detectado la presencia de ditiocarbamatos y también podrían derivar de compuestos naturales y no necesariamente del uso de plaguicidas que contienen este compuesto químico. Con respecto a los alimentos en los que se detectaron que se habían superado los límites máximos de plaguicidas, en primera posición aparecen las espinacas con un 6’5% de las muestras, le siguen las judías verdes con un 4’1%, las naranjas con un 2’5%, los pepinos con un 2’1%, el arroz con un 2%, las zanahorias con un 1’6%, las mandarinas con un 1’4% y finalmente las peras con un 1’1%. Por debajo del 1% aparecen las patatas (0’6%) y la harina de trigo (0’3%). En el grupo de los alimentos de origen animal se analizaron más de 1.400 muestras de carne y en ningún caso se detectó que se superara el límite máximo de residuos de plaguicidas.
En base al análisis y los resultados obtenidos, la EFSA ha emitido una serie de recomendaciones a tener en cuenta para futuros programas de control de la presencia de plaguicidas, insecticidas y demás productos fitosanitarios en los alimentos, algunas de estas recomendaciones están destinadas a mejorar la claridad y eficacia de los planes de supervisión y vigilancia que están coordinados por la UE, así como la reducción de la tasa de incumplimientos por límite máximo de residuos de plaguicidas. Aunque los datos parecen ser bastante satisfactorios, también se han realizado algunas propuestas para mejorar los sistemas de evaluación del riesgo alimentario. Para conocer todos los detalles del informe sobre residuos de plaguicidas en los alimentos, podéis acceder a este artículo publicado en la página oficial de la EFSA.
A continuación podéis ver la infografía que nos muestra los procedimientos que realizan los Estados comunitarios y la EFSA para controlar la presencia de los residuos de los productos fitosanitarios en los alimentos.
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