El melón Yubari es una fruta que se produce tradicionalmente en Japón, concretamente los que se producen en la localidad de Yubari, en la isla japonesa de Hokkaido, son los más valorados por los japoneses. El precio de los primeros melones Yubari puede ser realmente prohibitivo, como explica en el vídeo Maroto Kinoshita, el director de una empresa de melones, las primeras cosechas son subastadas y en ocasiones han alcanzado precios desorbitados, un par de melones han llegado a ser subastados por unos 20.000 euros.
La subasta es como una ceremonia en la que las personas están dispuestas a gastar mucho dinero, cada año el precio varía dependiendo de varios factores, producción, calidad, situación económica del país, etc. En el año 2008 se subastó un melón por nada menos que 19.000 euros, en cambio en el año 2009 el coste de un melón no superó los 4.000 euros, como podemos comprobar el precio fluctúa considerablemente. Habitualmente, tras dejar atrás la etapa de las primeras cosechas y subastas, en las fruterías un melón Yubari tiene un coste de entre 30 y 50 euros (precio que también varía cada año), no es de extrañar que los agricultores mimen cada uno de los melones que producen, observando su crecimiento y poniendo en práctica diferentes trucos para que expresen su máximo potencial.
Un melón Yubari es un melón redondo de piel semi lisa, su pulpa es de color anaranjado, los amantes de esta fruta destacan especialmente su sabor, aroma y dulzor, características organolépticas que condicionan significativamente el precio que pueden alcanzar en una subasta. Habla un productor de melones y nos explica que no hay ningún secreto, asegura que los agricultores intercambian consejos para obtener mejores producciones y calidad, esto es algo difícil de creer, ya que existe una competición que designa al mejor productor de la temporada.
Los productores garantizan que las flores que se convertirán en melones han sido polinizadas por abejas, siendo este uno de los principales requisitos que más valoran los clientes y que influyen significativamente en el precio que los melones pueden alcanzar en el mercado. Los melones que cumplen con los criterios adecuados llevan una etiqueta que los identifica como Yubari, los que no superan las pruebas no se etiquetan como tal y su precio se reduce considerablemente. Como vemos, un inspector de melones se encarga de determinar la calidad de cada pieza, no se utilizan sistemas tecnológicos avanzados para ello, la operación se realiza al estilo tradicional, golpeando un poco el melón y dependiendo del sonido se acepta o no, de este modo se garantiza que el consumidor adquiera un melón en su punto.
Dado el precio que tienen y contando con tecnología avanzada, no estaría de más utilizarla, recordemos por ejemplo que se puede conocer la calidad de las frutas de forma fiable en cuestión de segundos mediante un procedimiento en el que se utilizan los rayos infrarrojos. Con esta técnica y otras complementarias, se puede saber además si el fruto está en su óptimo punto de maduración y consumo, el índice de azúcares solubles, la cantidad de agua, etc.
Sorprende saber que en Japón la fruta se considera todo un lujo, una manzana puede costar hasta cuatro euros, un canasto de cerezas unos 80 euros, con estos precios el melón y muchas otras frutas se convierten en un regalo gourmet muy refinado, de hecho, los primeros melones Yubari se suelen exponer en los escaparates como artículos de lujo en los mejores centros comerciales de Japón.