Cuando se hornea cualquier tipo de masa, galletas, bizcochos, croissants, panes, masas de pizza… es imprescindible el uso de una rejilla, es donde se deben posar las masas recién horneadas para dejar que se enfríen, disponiendo del máximo de superficie libre que permite que salga el vapor interior de la masa, evitando que se humedezca y consiguiendo que quede crujiente.
Dependiendo de cuánto horneemos en casa, podemos tener suficiente con una rejilla simple, en muchos hogares se utiliza la rejilla del horno que es rectangular o la del microondas que es redonda. Con similares características se pueden adquirir este tipo de rejillas simples, siendo lo más importante que tengan ‘patas’, que estén en alto para que la base de las masas horneadas puedan respirar. También son rejillas cuyas barras suelen ser más finas, ocupando menos superficie de la masa de galletas o bizcocho que se pose sobre ellas.
Pero en muchos casos una sola rejilla se nos puede quedar corta, por eso hay soportes que pueden sostener tres o cuatro rejillas, como los que podéis ver en las imágenes. El soporte de la primera foto nos parece muy práctico por la facilidad con la que se ponen las rejillas, este lo podéis encontrar en Amazon, pero tened en cuenta que las rejillas se venden por separado. Sólo el soporte tiene un precio de unos 16 euros, y si se adquiere junto a dos rejillas el precio ronda los 20 euros. Este complemento se puede utilizar también como expositor.
Otra opción es disponer de las rejillas que se pueden colocar en tres alturas con patas plegables (el soporte para cuatro rejillas anterior también es plegable), las de las segunda fotografía. Este modelo se puede encontrar de distintos fabricantes, suelen tener las mismas dimensiones, 40×25 cm., lo que es importante valorar es su resistencia y estabilidad, con lo que no suele haber problema, y que sean antiadherentes para evitar que las elaboraciones de repostería o masas saladas no se quede pegada.
En este modelo de soporte-rejillas para enfriar bizcochos, galletas o lo que sea necesario, igual que podéis encontrar distintos fabricantes, podéis hallar distintos precios, aquí por ejemplo tiene un coste de 13’99 euros, y aquí de 11’85 euros. Ya sabéis que hay que valorar los gastos de envío cuando se compra en tiendas online, y lo que hacemos nosotros a menudo, es ver si hay algún utensilio o producto más que podamos necesitar para que estos gastos de envío no se dupliquen si en breve vamos querer adquirir algo más.
Y volviendo sobre las rejillas para enfriar masas, ¿cuáles soléis utilizar?, sabemos que en el proceso de dejar reposar los productos horneados permitiendo la liberación del vapor, muchas veces se buscan trucos o soluciones prácticas sin disponer de las rejillas específicas, si es vuestro caso, compartidlos.
3 comentarios
Las rejillas como dices tanto para repostería como panadería son necesarias a la hora de enfriar. Yo antes utilizaba la típica del microondas o la del propio horno apoyándola en alto con algún utensilio cuando la terminaba de utilizar. Los problemas eran que a veces me faltaba espacio, no la tenía disponible si la estaba utilizando para hornear, las galletas pequeñas se colaban muchas veces entre las rejas y algunos panes de molde y bizcochos se marcaban mucho por abajo por su propio peso.
Así que para no gastar mucho opté por hacerme una casera, que había leído en algún sitio, con tela metálica galvanizada comprada en la ferretería, simplemente cortando un rectángulo de las medidas deseadas y doblando los bordes para que hagan de patas.
La que me hice mide 35cm x 55cm, así que me caben bien las hornadas y al ser de rejilla cuadriculada pequeña no deja marcas ni se cuelan las cosas pequeñas.
Muy interesante tu aportación Sus, lo de la tela metálica también nos lo habían comentado en alguna ocasión, por lo que vemos, muchas personas han optado por las rejillas personalizadas ;), estupendo!!
Gracias!
Además de hacer las rejillas para enfriar, el resto de la tela metálica aprovechó para unos moldes para baguettes que apenas utilizo, con lo que me alegro mucho de no habérmelas comprado, je!