Hoy hemos visto una foto en Pinterest que de esas que te abren el apetito y que además te trasladan a un momento especial, es algo tan simple como un desayuno, queso fresco, mermelada y unas rebanadas de pan presentadas en un soporte para tostadas, pero es una imagen con buen estilismo captada por el fotógrafo Ben Dearnley, la podréis ver a continuación. También podéis admirar su trabajo fotográfico, dedicado a la gastronomía, en su web.
El estilismo del bodegón y la fotografía muestran ese escenario que a día de hoy se podría denominar vintage, pero que muy probablemente muchos lo habéis contemplado en directo, tal vez muy parecido, cuando erais niños. Un pan de hogaza, de los que duraban varios días tiernos, cortado en rebanadas, ligeramente tostadas sin ningún aparato eléctrico, con el fuego. Ese queso fresco, o posiblemente nata de verdad, que se elaboró a partir de la leche que nos regaló el vecino, de su ganado. Una mermelada de los frutos silvestres recolectados durante el verano…
Comida reconfortante (comfort food), un desayuno que hoy no es nada fácil encontrar en los hogares, sobre todo en las ciudades. Pero ese es otro tema, ya habéis visto que el título de este escrito se refiere al utensilio en el que se posa el pan, el soporte de tostadas que de tantas mesas ha desaparecido.
Pues se trata de un accesorio con una larga historia, y quizá con distintos nombres según las costumbres regionales, es un soporte, un estante, una rejilla para tostadas, en inglés lo tienen más fácil con una única denominación, Toast rack. Parece ser que los primeros soportes se encontraron en 1770, y que fue el diseñador Christopher Dresser (1834-1904) el considerado autor de los diseños modernos de los soportes de tostadas, de hecho, todavía se fabrica éste y otros diseños de utensilios de cocina como la vinagrera. Lo hace Alessi, podéis verlo aquí.
Hay muchos otros modelos de estantes para tostadas en el mercado, distintos diseños, diferentes materiales, incluso con variados complementos, una bandeja recoge migas, un espacio para poner la mermelada, una huevera… Este utensilio para servir el desayuno es cierto que ocupa más espacio que un plato, donde normalmente se sirven las tostadas en la actualidad, pero la idea del soporte es buena para mantener las tostadas recién hechas sin que se humedezcan al desprender el vapor.
Quizá el espacio que podría ocupar en un armario no sería una pega si nuestro toast rack fuera tan bonito como el de la foto de Ben Dearnley, además de tener una función muy práctica, es un buen elemento decorativo. ¿Qué os parece?