Finalmente la EFSA ha emitido un juicio favorable siendo la soja MON 89788 aprobada por la Unión Europea. Según la EFSA, todas las pruebas realizadas indican que no existe riesgo alguno en el consumo de esta variedad de soja transgénica para animales o personas y además indica que tampoco existen riesgos para el medio ambiente. Quizá la soja no pueda representar un riesgo, pero sí los productos que se utilizan para su desarrollo, como puede ser el glifosato contenido en el Roundup Ready.
Se trata de otro nuevo éxito de la compañía biotecnológica Monsanto, tras conocer el estudio que indicaba que la variedad de maíz NK 603 x MON 810 provocaba infertilidad, cabía la posibilidad de que el proceso de aprobación de alimentos transgénicos pudiera ser modificado, sin embargo, parece evidente que sigue adelante el plan secreto europeo para potenciar el cultivo de transgénicos y ya se podría prever que pocas modificaciones se iban a realizar en el estudio que han realizado expertos de la Unión Europea sobre el proceso de autorización de los alimentos transgénicos.
De hecho, hoy mismo conocemos la noticia que indica que el Consejo de Ministros de la UE ha aprobado un texto de conclusiones sobre los organismos modificados genéticamente (OMG) en el que se dice que es necesario mejorar los estudios e investigaciones sobre estos productos para determinar los verdaderos riesgos que pueden representar para el medio ambiente.
Con estas conclusiones se pretende responder a las solicitudes de aquellos países que no aceptan los alimentos OMG. También se ha acordado reducir la cuota de contenido transgénico en los productos alimenticios, es decir, hasta ahora y según la normativa que se aprobó el año pasado, se podía utilizar hasta un 0,9% de material transgénico en alimentos catalogados como ecológicos sin necesidad de indicarlo en la etiqueta.
La aplicación de esta normativa causó la indignación de aquellas personas que no quieren tener nada que ver con los alimentos transgénicos, no se podía saber a ciencia cierta si se disfrutaba de una alimentación libre de material modificado genéticamente. Ahora parece ser que esta normativa será modificada aunque, no se indica a qué tanto por ciento y cuándo.
El texto indica que estos límites mínimos contribuirán a que los consumidores y los productores tengan garantizada su elección a la hora de consumir los distintos tipos de productos del mercado, ecológicos, convencionales o transgénicos. Esto es quizá una tomadura de pelo, aunque rebajasen a un 0,1% esa cuota, seguiríamos ingiriendo material transgénico y no lo sabríamos, volvemos a solicitar la obligación de incluir en la etiqueta este elemento por muy insignificante que haya sido la cantidad empleada.
También se han aceptado el establecimiento de zonas de ecosistemas frágiles donde estará prohibido cultivar transgénicos. Nos surge una duda, si continuamente han estado diciendo que no existe peligro alguno para el medio ambiente y que no se produce contaminación genética, ¿por qué se establecen estas zonas?, ¿es contradictorio?, la realidad es que de este modo se calman los ánimos y parecen normas sujetas a intereses puramente políticos.
Aunque el comisario europeo de Medioambiente nos muestre su cara amable y su énfasis en velar por nosotros para evitar los riesgos de salud y medioambientales, nos volvemos a remitir al plan secreto europeo para potenciar el cultivo de transgénicos. De ese post destacamos “según el periódico británico incluso se intenta eliminar a aquellos Ministros de Agricultura que están en contra de la producción de transgénicos, sustituyéndolos por otros que estén a favor.”
¿Peligra el asiento del comisario o simplemente está diciendo lo que muchos consumidores quieren oír?, el tiempo lo dirá.
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