Un grupo de japoneses pretenden viajar a España con el propósito de implantar el cultivo de soba o trigo sarraceno en Cantabria. Se trata de un paso más en la iniciativa de la Consejería de Desarrollo Rural, de plasmarse en realidad, esta nueva actividad agrícola proporcionaría nuevas expectativas.
Soba es el término japonés para nombrar al trigo sarraceno, trigo negro o alforfón, un producto que aunque se considera popularmente un cereal por ofrecer características muy similares a este grupo de alimentos, en realidad no lo es. El trigo sarraceno es originario de Asia Central y su mayor productor es China, aunque hoy en día también se cultiva en otros países, como Rusia o Polonia entre otros.
El trigo sarraceno se utiliza en la alimentación humana para elaborar harina con la que se pueden preparar una receta de crepes, polenta taragna o soba, palabra que en Japón es comunmente utilizada para denominar a los tradicionales fideos chinos utilizados en su cocina (y que aquí podemos encontrar en tiendas especializadas), de hecho son tan valorados en ese país que incluso existen restaurantes cuyo producto principal son los fideos o soba preparados de mil y una formas.
De las características saludables que se pueden destacar de la soba o trigo sarraceno se encuentra su alto contenido en hierro y vitaminas del grupo B, es rico en distintos ácidos grasos esenciales, como el ácido oleico o el linoleico, ácidos que no pueden ser sintetizados por nuestro organismo y que forzosamente deben ser recibidos a través de la dieta. El trigo sarraceno presenta un alto contenido proteico y es eficaz para incluir en la dieta y realizar una eficaz prevención contra las enfermedades cardiovasculares.
Ahora parece que los japoneses se han fijado en España para producir trigo sarraceno y ya se han puesto tres plantaciones experimentales en marcha en tres ubicaciones distintas dentro de la Comunidad de Cantabria, para así conocer cuál es la zona más propicia para obtener la máxima rentabilidad en los cultivos.
Los empresarios japoneses creen que las condiciones climáticas de Cantabria son similares a las zonas de producción de Japón y esperan que los resultados sean muy satisfactorios, hecho que permitiría abrir una nueva línea de negocio que favorecería a la comunidad cántabra a nivel económico y posiblemente promocional, será una vía para introducir en el mercado japonés los productos alimentarios de calidad que produce Cantabria.
Japón está carente de soba, es un producto muy consumido y no logran producir lo suficiente para cubrir sus necesidades. Podrían recurrir a la compra de soba originaria de China, uno de los grandes productores, pero quizá no confíen en que se les proporcione un producto de calidad, con lo que se abre una puerta interesante para nuestro mercado. De momento un grupo empresarial agroalimentario ya ha visitado las empresas japonesas de soba para conocer más detalles sobre la producción y elaboración que posteriormente serán trasladados a España.
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