Slow Food recupera alimentos valencianos, alimentos que la industrialización rechazó por ser poco productivos, menos resistentes a las condiciones medioambientales, etc., en ningún momento fueron rechazados por ofrecer menor calidad o menor sabor, aspectos que deberían ser más valorados que los números de producción. Gracias al trabajo desarrollado por la organización Slow Food de Valencia, se puede disfrutar de la cebolla Monquelina Fina, el tomate Quarentena, la carne y el queso de la oveja Guirra, el aceite Serrana de l’Espadà, el Cacau del Collaret, etc.
Cada día valoramos más el trabajo desarrollado por este movimiento internacional que pretende, entre otros aspectos, salvaguardar las tradiciones, los productos de alimentación autóctonos, las formas tradicionales de producción, etc. Slow Food lleva varios años recuperando alimentos y enriqueciendo la gastronomía en muchas comunidades europeas, en su filosofía no se contempla el margen económico más ajustado, la poca productividad o rentabilidad, sobre todo se valora la calidad y el sabor.
Gracias al trabajo de Slow Food, la Comunidad Valenciana podrá disfrutar nuevamente de los alimentos olvidados que hemos mencionado y además se podrán disfrutar en restaurantes valencianos de prestigio como la Matandeta de Alfafar, el Arrop de Gandia o la Seu de Dénia. En total son seis productos recuperados que además se utilizarán para elaborar un menú que será ofrecido el próximo mes de septiembre durante la presentación del nuevo grupo de Slow Food de la Comunidad de Valencia, el Convivium de la Marina Alta.
Pero hablemos un poco sobre estos productos, la cebolla monquelina fina es una variedad de cebolla más pequeña que las denominadas cebollas blancas o dulces, de hecho fue la precursora de las actuales cebollas. En los años 60 se utilizó como base para crear los actuales híbridos que ahora se comercializan por poseer aquellas características valoradas por la industria. Según se indica, es un producto mucho más rico y dulce, menos fibroso y resulta muy ligera al paladar.
La oveja Guirra es una oveja 100% autóctona de las tierras de Valencia, de la que se dice que proporciona la mejor leche de oveja de España y con la que se elabora uno de los mejores quesos de oveja españoles, de hecho, es un queso muy solicitado por todos los gourmets del mundo y lo mismo ocurre con la carne. En el año 2003 la oveja Guirra se había convertido en una especie en vías de extinción, tan sólo quedaban unos 5.000 ejemplares, el motivo de ello era el retroceso vivido por el sector ganadero dada la poca tradición ganadera de la comunidad, la falta de subvenciones, etc.
Ya en el año 2006 quedaban poco menos de 4.000 ejemplares, un número ridículo que hacía temer su desaparición en pocos años. Por fortuna, Slow Food, la Conselleria de Agricultura, la Asociación Nacional de Criadores de Guirra y la Universidad Politécnica de Valencia, comenzaron a trabajar en su recuperación e incluso se creó un banco de semen que garantizara la conservación de la especie.
Otro alimento recuperado, el Cacau del Collaret, es una variedad de cacahuetes que sólo contiene dos granos por cada vaina, evidentemente a nivel productivo no es rentable. Sin embargo, estos cacahuetes son de mayor calidad que los clásicos cacahuetes que conocemos, el Cacau del Collaret contiene hasta un 20% más de aceite. Son cacahuetes muy aromáticos y sabrosos que también fueron muy cultivados en la década de los 60.
La industrialización se ha ocupado de limitar la variedad gastronómica y se podría decir que sabemos y conocemos muy poco sobre los alimentos que hace sólo unas décadas estaban presentes en las cocinas y las mesas. Si los consumidores actuales tuviéramos la oportunidad de probar alguno de los cientos de productos marginados por la industrialización, posiblemente adquiriríamos consciencia sobre las graves limitaciones que han sido impuestas por el tema productivo y económico.
Volvemos a alabar el trabajo de Slow Food y la incorporación en el Arca del Gusto de los productos de calidad olvidados, todavía queda mucho trabajo y muchos de ellos se encuentran en fase de recuperación, se están realizando grandes esfuerzos para desarrollar nuevas plantaciones y dar a conocer estos productos a las generaciones que ni siquiera saben que existen. Posiblemente en unos años podamos volver a encontrar estos productos ecológicos de calidad en cualquier tienda de alimentación.
Más información | Slow Food Valencia