No sabemos desde cuándo se encuentra el ‘yogur’ Skyr en el que ya se conoce como el ‘gigante alemán de los supermercados’, pero ya hace algunos meses que nos han llegado consultas sobre este producto que quizá ya se encontraba en algunos comercios de España, pero es ahora, desde que Lidl lo ha incorporado a su oferta, cuando se ha hecho muy popular, sobre todo entre las personas que cuidan su alimentación, pues se trata de un producto lácteo rico en proteínas y bajo en grasas.
Así que nos hemos interesado por conocer algo sobre el origen de este yogur y queremos compartirlo con vosotros, por si también lo habéis incorporado a vuestra alimentación o simplemente queréis conocerlo. Pensamos que no tardará mucho en desbancar al afamado yogur griego, tanto por sus características nutricionales como por su sabor y su textura, y sobre todo porque a día de hoy llaman yogur griego a cualquier cosa, no os dejéis llevar por los nombres que les ponen a los productos.
Ahora bien, tampoco podemos decir que el skyr que venden en Lidl, y del que hay disponibilidad en varios sabores (natural o con mermeladas de frutas como fresas, frambuesas, arándanos, melocotón y fruta de la pasión, y vainilla, aunque este último no lo hemos visto aquí), sea como el auténtico, pues está producido en Alemania expresamente para la cadena de hipermercados alemana, mientras que el origen de este producto lácteo es islandés.
Desconocemos si la forma de elaboración y el sabor está logrado o si se han preocupado más de ofrecer unos valores nutricionales que atraigan a los deportistas y como comentábamos, a las personas que buscan alimentos y productos saludables, algo que afortunadamente va en aumento. Lo que sí sabemos es que en otros mercados hay otras marcas que comercializan skyr, y en algunos casos más caro, mientras que Lidl lo ofrece a un precio similar al del skyr en Islandia.
Pues bien, ya sabéis que skyr es el nombre de un producto lácteo originario de Islandia y del que parece ser que hay referencias desde la época vikinga. De hecho, hay una leyenda que dice que los vikingos introdujeron el skyr en Islandia cuando se establecieron en el país hace unos 1.100 años. Según la historiadora gastronómica islandesa Hallgerður Gísladóttir (1952-2007), en el momento de la colonización de Islandia el skyr se conocía en toda Escandinavia, pero cayó en el olvido fuera de Islandia.
Hay que decir que aunque es un producto lácteo que se parece al yogur, en realidad es un queso, como el quark. Tradicionalmente se elaboraba con leche cruda, aunque evidentemente hoy en día se hace con leche pasteurizada desnatada. Las bacterias utilizadas para su elaboración son Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus, y también suele añadirse cuajo. Por cierto, en el envase de skyr de Lidl no indican qué cultivos microbianos han utilizado.
Para obtener un queso espeso y cremoso, el producto se cuela para eliminar el suero de leche. El resultado es el de un producto lácteo muy cremoso y denso, con un sabor ácido y un toque dulzón. Sobre sus valores nutricionales, podemos hablar de la tabla del producto de Milbona (Lidl), por cada 100 gramos de skyr se obtienen 11’8 gramos de proteínas, 0‘2 gramos de grasas, 4’1 gramos de hidratos de carbono, 0’10 gramos de sal y 65 kilocalorías. Cada vasito contiene 150 gramos de ‘yogur’, aunque en otros países que comercializan esta marca también disponen de envases más grandes, con 350 gramos de producto. Nos gustaría conocer más detalles de los valores nutricionales, como el contenido en calcio, pero no los hemos encontrado ni en su web.
Sobre la forma de consumirlo, pues los que llevan la mermelada de fruta son para comerlos tal cual, y claro, sus valores nutricionales son algo diferentes a los del producto natural, que es del que os hemos hablado. Con el skyr natural se puede comer como un yogur o queso batido endulzado al gusto, y también se pueden hacer salsas, tartas de queso y lo que cada uno desee.
¿Ya lo habéis probado?, ¿cómo os gusta tomarlo?