Para quienes se preguntan cómo cocinar alcachofas sea porque se están iniciando en la cocina o porque, aunque cocinen desde hace tiempo, apenas han incorporado esta verdura en su alimentación, no tenemos una sola respuesta, sino siete. Hoy queremos mostraros siete formas de cocinar alcachofas, distintos métodos de cocción para una verdura que está de temporada y que a pesar de tener unas características muy particulares, suele gustar a todos.
Las alcachofas se pueden cocer al vapor, en papillote, a la parrilla, al horno…, cada técnica de cocción tiene una respuesta en cuanto a preservación de los nutrientes de la verdura y por supuesto en relación a la textura y al sabor, aunque siempre sabrá a alcachofa, por ejemplo, hay diferencia entre una alcachofa frita y una cocida o guisada. Esperamos que con estas ideas y consejos para cocinar alcachofas, aprovechéis esta verdura de temporada que podéis comer como aperitivo, entrante o como parte de un plato principal.
Incluso podemos hablar de postres con alcachofas, ¿no habéis probado esta tarta de queso? Pues mucho más se puede hacer con esta verdura de la que tenemos la fortuna de disponer de unas de las de mejor calidad en casa, la Alcachofa de Benicarló con Denominación de Origen Protegida. En fin, vamos con las diferentes formas para cocinar unas ricas alcachofas.
Alcachofas cocidas (sin limpiar) Este sistema de cocer las alcachofas es ideal, pues no hay que limpiarlas antes de cocerlas, se hace después, cuando las hojas exteriores están blandas y se desprenden con mucha facilidad. Además, no hará falta utilizar guantes o acabar con las manos negras.
Una vez que las alcachofas están cocidas y limpias, se pueden comer tal cual o se pueden incorporar en guisos, pasar por la plancha o la parrilla, hacer un puré, etc.
Alcachofas hervidas (limpias) Este método de cocción no es el más apropiado si lo que se quiere es preservar el máximo de nutrientes de la verdura, pero en alguna ocasión puede interesar cocinarla de este modo. En ese caso, lo ideal después es aprovechar el agua de la cocción para hacer una sopa o una crema de verduras.
Alcachofas al horno Una de las formas de comer alcachofas que más nos gustan es cocinándolas al horno (a falta de un fuego de leña o de carbón), es todo un ritual su preparación y la forma de comerlas, separando hoja por hoja, preservando el corazón que es lo más jugoso y sabroso para el final. También es una de las formas más fáciles de hacer las alcachofas, y tampoco es necesario pelarlas previamente.
Alcachofas al papillote El papillote no es uno de los métodos de cocción más utilizados, pero lo cierto es que ofrece magníficos resultados, pues cocina los alimentos en su propio jugo y quedan deliciosos, conservando todo su sabor y casi todos sus nutrientes. Las verduras, como las alcachofas, también son ideales para hacer en papillote, tanto en el horno como en los estuches de silicona para el microondas.
Alcachofas al vapor Las verduras al vapor son ideales para cualquier persona, es un método de cocción saludable que también preserva buena parte de los nutrientes y permite disfrutar de una verdura con cierta textura, desterrando esas verduras blandengues y pálidas con las que muchas personas han crecido, y por eso dicen que no les gustan las verduras. Es un error, lo que no les gusta es cómo se las cocinaban, por eso es muy importante varias los métodos de cocción con cualquier alimento, y también los puntos de cocción, pues cada uno puede tener unos gustos.
Alcachofas guisadas Hay infinidad de formas de guisar unas alcachofas, tanto para comerlas solas como incorporadas en un guiso de arroz, de patata, de carne, etc. Aquí os dejamos una receta sencilla para guisar las alcachofas en un caldo de jamón, con ello podéis hacer un aperitivo (pero están tan ricas que se sabrá a poco), un entrante o parte de un plato de pasta, una guarnición para un plato de carne o lo que os apetezca.
Alcachofas a la parrilla A quienes les gustan las alcachofas fritas crujientes (¿y a quién no?) les invitamos a probar las alcachofas a la parrilla, pues también quedan doraditas y crujientes, pero son mucho más saludables porque no están cocinadas sumergidas en aceite. Esta preparación para las alcachofas se puede incorporar en muchos platos, aquí os dejamos una idea en la que forma parte de un plato principal de pollo con un pesto de tomate, para chuparse los dedos.