Seguro que a muy pocos les sorprenderá saber que la carne picada que se compra en bandeja tiene mucho más que carne y grasa picada, y no es en beneficio del consumidor, evidentemente. ‘Si buscas carne picada de calidad, raramente la encontrarás en bandeja’, declara la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) después de analizar 22 envases de carne o preparado de carne picada.
Nada tiene que ver este análisis de carne de vacuno picada con el escándalo de la carne de caballo, lo que la OCU denuncia es que la carne picada que se comercializa en bandeja contiene otros elementos que un consumidor no necesita cuando quiere comprar carne picada para hacer una boloñesa, unas albóndigas, unas hamburguesas, un relleno…
En primer lugar hay que diferenciar entre carne picada y preparado de carne picada. Para conseguir lo primero lo mejor será ir a la carnicería y pedir una pieza de ternera para que seguidamente la pique delante del cliente. En el caso de comprar una bandeja en el supermercado, lo que se adquiere no es carne picada, es un preparado de carne que incluye una mezcla aditivos, sulfitos, espesantes, cereales, vegetales…
Parece que si el producto está etiquetado como ‘burger meat’ o preparado de carne, la carne picada con esa mezcla de aditivos es legal, aunque en muchos casos sólo el 70% del producto sea la carne de vacuno que se desea comprar. Ahora bien, que el consumidor sea consciente de ello es otro cantar, pues al parecer estas descriptivas del producto no están claras en el etiquetado o quedan enmascaradas por otras más llamativas, como 100% raza autóctona o picada de vacuno, entre otros mensajes.
De las 22 muestras de carne picada de vacuno analizada por la OCU, sólo cinco obtienen una buena valoración, y hay otras cinco que recomiendan no comprar por su deficiente calidad e higiene. Ahora bien, para conocer qué muestras son las analizadas y qué resultados ha dado cada una es necesario ser socio de la organización.
Lo que comparten para todos los lectores de su web es que en las muestras han encontrado exceso de grasa, más de un 20%, además de una mala proporción entre colágeno y proteína, lo que significa que incluyen cartílagos y tendones). Estos preparados de carne picada también contienen un exceso de aditivos, almidones, fibras, soja y otras carnes, y no las trazas que permite la legislación (un 1%), sino hasta un 3% de carne de menor valor comercial.
Así que si queréis carne picada de calidad, olvidaos de la carne en bandeja.
Foto | BobPetUK