Nos encanta la comida, pero no la cuidamos, no la respetamos. Nos lo dice la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, y si somos honestos, le daremos la razón. Las últimas generaciones hemos vivido en la abundancia, promovida, en parte, por nuestros mayores que vivieron la hambruna, y por la industria alimentaria, y ni a éstos ni a los propios consumidores nos preocupa lo más mínimo (en general) tener que tirar una lechuga, unos tomates o alguna fruta que se han estropeado en la nevera, o lo que ha sobrado en la olla de los macarrones, por poner algún ejemplo.
Pero esto no es igual para todos, recordemos que hace un par de semanas, cuando se celebró el ‘Día Mundial de la Alimentación’, refrescábamos cifras sobre el hambre en el mundo, la FAO nos informaba de que 821 millones de personas pasan hambre en el mundo a pesar de que se producen suficientes alimentos para que esto no suceda. La otra cara es que hay 1.900 millones de personas con sobrepeso, y todo va en aumento, la desnutrición y la malnutrición crecen, lamentablemente.
Por eso, la FAO continúa con solicitando ayuda para cambiar el mundo, y entre sus objetivos de desarrollo sostenible está lograr el ‘Hambre Cero’. Como os comentamos en su momento, esta Organización explica que #HambreCero significa que todo el mundo trabaje para garantizar que todas las personas y en todas partes del mundo tengan acceso a los alimentos seguros, saludables y nutritivos que necesitan, y para alcanzar esta meta es necesario realizar varios cambios, adoptar un estilo de vida más sostenible, trabajar en colaboración, compartir conocimiento y estar dispuestos a cambiar el mundo para mejor.
La FAO proporciona información y consejos para que desde los gobiernos y hasta los consumidores finales, asumamos la necesidad de realizar esos cambios y que los pongamos en práctica, mirar hacia otro lado sólo hará que empeore la pésima situación actual. Hemos hablado de muchas de las propuestas de esta Organización y de otras, pero hoy queremos destacar especialmente una lectura que ayudará a muchos a reflexionar y a decidir hacer un cambio en su interior para aprender lo que realmente significa amar y respetar nuestros alimentos, porque ‘La comida es mucho más de lo que hay en nuestros platos’.
No debemos permitir que un tercio de los alimentos que se producen se pierdan o se desperdicien, y cada uno desde su posición tiene las herramientas necesarias para ello. De momento, os invitamos a leer las seis formas de demostrar que amamos y respetamos la comida y todo lo que hay detrás de ello.
1. Reduce el desperdicio de alimentos: compra solo los alimentos que necesitas, aprende a amar las frutas y verduras de aspecto feo, sírvete raciones realistas, ten en cuenta las fechas de caducidad, almacena los alimentos de manera inteligente, dona los excedentes y convierte los alimentos sobrantes en la comida del día siguiente. Cuando desperdiciamos comida, también desperdiciamos todos los recursos utilizados para cultivar, procesar, transportar y comercializar esos alimentos. La comida es mucho más que lo que hay en nuestros platos.
2. Apoya a los productores de alimentos: los chefs obtienen premios, estrellas y reconocimientos por sus creaciones. Pero ¿qué pasa con nuestros agricultores? Sin ellos, no tendríamos los alimentos frescos que necesitamos a diario para preparar cualquiera de nuestros preciados platos. ¿No son los campesinos los verdaderos héroes? Compra en mercados locales y conoce a los agricultores. Darles oportunidad de negocio equivale a concederles su reconocimiento y respeto.
3. Valora el trabajo que requiere producir los alimentos: la agricultura no es solo trabajo, es arte. Se requiere tanto esfuerzo para producir nuestros alimentos… Hacen falta semillas y tierra, agua y trabajo, protección y paciencia. ¿Sabías que se necesitan 50 litros de agua para producir una naranja? Los alimentos que elegimos afectan a la salud de nuestro planeta y al futuro de la alimentación. Cuando comes estás consumiendo los recursos naturales y el arduo trabajo de los campesinos, las abejas, quienes recolectaron los alimentos y todas las demás personas involucradas en conseguir que los alimentos lleguen a tu plato. Aprecia la comida como si fuera una obra de arte.
4. Adopta una dieta más saludable y sostenible: nuestros cuerpos se quedan sin calorías y sin nutrientes. Obtenemos nuestra energía y mantenemos nuestra salud a partir de una buena comida. Normalmente no prestamos atención a la influencia que tienen los alimentos y la nutrición sobre nuestros cuerpos. Necesitamos entender que los alimentos son energía. Consumir demasiada comida en general, o demasiada comida de un solo tipo puede conducir a la obesidad, a carencias o a enfermedades relacionadas con la dieta.
5. Aprende de dónde proceden los alimentos: ¿los kiwis provienen de árboles o de arbustos? ¿Son los tomates una fruta o una hortaliza? Al aprender más sobre nuestra comida, de dónde viene, qué alimentos se producen en cada temporada y qué se necesita para producirlos, aumentamos nuestro conocimiento y respeto por lo que estamos comiendo. ¡Sigue nuestra cuenta de Instagram para probar tus conocimientos sobre diferentes frutas y hortalizas cultivadas en todo el mundo!
6. Mantén una conversación: al tratar cada almuerzo con orgullo, respetamos a los agricultores que lo produjeron, los recursos que se utilizaron para producirlo y las personas que no pueden disfrutarlo. El respeto se puede transmitir. Habla con las personas que te rodean y con las nuevas generaciones sobre cómo elegir de forma informada alimentos saludables y sostenibles.
Foto | Ervins Strauhmanis