Según una investigación realizada por Too Good To Go, en Reino Unido se tiran 720 millones de huevos cada año, cantidad que se ha triplicado respecto a los datos de 2008, con un valor en pérdidas económicas que alcanza los 139 millones de libras (unos 161 millones de euros). Recordemos que Too Good To Go es una app que conocimos en 2016 y que llegó a nuestro país en 2018 con la misión de facilitar que los consumidores puedan adquirir la comida sobrante de los restaurantes, cafés y panaderías al final del día, a precios muy competitivos.
Parece que una de las explicaciones a esta escalada del desperdicio de huevos es la excesiva prudencia de los consumidores, así como su deseo de consumir los huevos lo más frescos posible. La venta de huevos crece año tras año debido, según la investigación, al motivo comentado y al auge de las dietas vegetarianas y flexitarianas. Según los datos de venta del British Egg Industry Council (Consejo de la industria del huevo británico), el año pasado se incrementó en un 4% la venta de huevos en el país, aunque paralelamente se incrementan los datos del desperdicio de este alimento.
Para un 29% de los consumidores, superar la fecha de consumo preferente es motivo suficiente para tirar los huevos, sin embargo y como ya sabemos, que se supere la fecha de consumo preferente no quiere decir que el alimento esté en malas condiciones, simplemente que ya no conserva toda su calidad y cualidades organolépticas. Diferente sería si habláramos de fecha de caducidad, en el caso de los huevos establecida por la UE en 28 días a partir de la fecha de puesta. Como norma general, si un alimento sobrepasa la fecha de caducidad, si se consume podría provocar una toxiinfección alimentaria u otros problemas de salud.
Aun así, es posible que se supere esta fecha y el huevo pueda ser consumible, para verificarlo se habla de pruebas como el test del agua, donde se debe colocar el huevo en un recipiente con agua, si el huevo se hunde hasta el fondo y se ladea, quiere decir que está fresco, si su frescura es menor no se ladeará, y si no es lo suficientemente fresco para consumirlo, flotará en la superficie. La explicación es que a medida que el huevo envejece, la cámara de aire que contiene en su interior aumenta, lo que hace que aumente su flotabilidad. Según la investigación, sólo el 23% de los británicos conocen esta prueba.
Si los británicos se ciñen a la fecha de consumo preferente y a la fecha de caducidad, el resultado es que se desperdicia un gran volumen de huevos que serían aptos para el consumo. Por esta razón, Too Good To Go ha lanzado el Good Egg Challenge, un reto que tiene el propósito de ayudar a los consumidores a diferenciar entre un huevo apto para consumo y uno que no debe consumirse. Consiste en realizar la prueba antes comentada, mostrada en un vídeo con el que se espera enseñar a los consumidores esta prueba invitándoles a que la realicen en caso necesario y, con ello, reducir el desperdicio de huevos.
Según leemos aquí, los productores consideran que el aumento del desperdicio de huevos guarda relación con la ignorancia y desconsideración de los consumidores, el huevo se ve como un producto de poco valor a diferencia de otros alientos como la carne o el pescado. Sin embargo, el huevo tiene un enorme potencial comparado con los alimentos antes citados, son muy versátiles y pueden contribuir a convertir sobras de comidas en nuevas preparaciones culinarias que se elaboran rápida y fácilmente.
Lo cierto es que los consumidores del Reino Unido son los que más alimentos tiran a la basura de todos los países de la UE, así se concluía en un estudio del año 2015, a esto sumamos noticias que hemos conocido posteriormente y que podríamos decir que corroboran dicho estudio. Hemos sabido que los consumidores británicos tiran diariamente 1’4 millones de bananas, desperdician 178 millones de bolsas de ensalada al año, desechan unos 13 millones de panes al año, etc. Estos datos, quizá, demuestran que no se trata de que los huevos sean vistos como un producto de poco valor, ya que muchos otros productos alimenticios se desperdician en un volumen igualmente elevado, tal vez es la falta de conciencia, educación, valores, etc.
No estaría mal conocer una aproximación de los huevos que desperdician los consumidores españoles, pero también el volumen de desperdicio generado por la industria avícola y del resto de eslabones de la cadena alimentaria.