La Federación Mundial de Organizaciones de Consumidores (Consumers International) y la Federación Mundial de Obesidad (World Obesity Federation), solicitan a la comunidad internacional la puesta en marcha de un marco legal internacional contra los alimentos poco saludables, a fin de poder luchar con más eficacia contra los problemas de salud relacionados con la dieta, como por ejemplo la obesidad. Se pide que se ponga en marcha un marco legal similar al que se aprobó en la Asamblea Mundial de la Salud en el año 2005 para controlar el tabaco.
Ambos organismos van a pedir a los Gobiernos que se comprometan a llevar a cabo la introducción de una serie de medidas políticas que promuevan las dietas saludables y faciliten a los consumidores tomar decisiones para mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria. Entre las medidas propuestas se incluyen realizar controles estrictos sobre la comercialización de alimentos, facilitar el acceso a la información nutricional, reformular los productos alimenticios que se consideran poco saludables, aumentar los estándares de los alimentos que se ofrecen en las instituciones públicas y utilizar instrumentos económicos para influir en los patrones de consumo, como por ejemplo los impuestos en los alimentos y bebidas poco saludables.
Se pretende que se lleve a cabo una actuación similar a la que se realiza en contra del tabaco, para ello es necesario desarrollar un compromiso vinculante que facilite la introducción de las medidas políticas antes citadas. Es algo difícil y más sabiendo que existen enormes intereses económicos y que las empresas ejercen una gran influencia en los Gobiernos. Si la obesidad hubiera sido una enfermedad infecciosa, seguramente se habrían realizado las inversiones necesarias y se hubieran articulado las medidas oportunas para luchar contra el problema, pero como en general, es fruto del consumo excesivo de alimentos ricos en grasas y azúcares, parece que sea un problema que no vaya con los responsable políticos, así que lo ignoran e incluso parece que quieran favorecer los intereses de las empresas que producen este tipo de alimentos.
Se solicita el marco legal internacional contra los alimentos poco saludables coincidiendo con el 10º aniversario de la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el que se reconoció el impacto de las dietas y el estilo de vida poco saludable. Esta estrategia aprobada en la 57ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada en mayo del año 2004, se elaboró en base a una amplia serie de consultas de todas las partes interesadas, como respuesta a la petición que formularon los Estados Miembros en la Asamblea Mundial de la Salud en el año 2002. A través de este enlace podréis acceder al documento de la mencionada estrategia.
A pesar de que esta estrategia se aprobó, el número de muertes relacionadas con el sobrepeso y la obesidad causados por una alimentación inadecuada y un estilo de vida poco saludable, se ha incrementado a nivel global, de 2’6 millones en el año 2005 a 3’4 millones en el año 2010. Las cifras muestran un incremento notable, por lo que es prioritario que los Gobiernos tomen las medidas oportunas para hacer frente a la considerada epidemia del siglo XXI y a sus consecuencias, recordemos que la obesidad está asociada a todo tipo de problemas de salud.
Estas dos organizaciones consideran que la industria agroalimentaria puede llegar a socavar las políticas gubernamentales de un país por su gran poder económico, pero una convención mundial ayudaría a fortalecer la determinación de un Gobierno para implementar las medidas que protejan la salud pública, citan como ejemplo lo ocurrido con el tabaco. En febrero del año 2005 entraba en vigor el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco con el apoyo en firme de 57 países, se consideró un convenio histórico para la salud pública, ya que proporcionaba a los países los instrumentos necesarios para poder luchar contra el tabaquismo y salvar vidas, lo mismo se desea para poner freno a los alimentos poco saludables.
La Directora General de Consumers Internacionl explica que la industria agroalimentaria ha dilatado la puesta en marcha de un cambio significativo, por otro lado, los Gobiernos se han sentido incapaces o no están dispuestos a actuar, de ahí que se baraje como única alternativa el convenio marco. En caso de que no se haga realidad un marco legal internacional, se corre el riesgo de que la industria obstaculice durante décadas las posibles mejoras que se pueden aplicar, lo que derivaría en la repetición de la catastrófica crisis de salud global causada por el hábito de fumar.
Pero esto no es tan sencillo de llevar a cabo, estas dos organizaciones no hablan de ofrecer alternativas como la subvención de los alimentos saludables, menos accesibles para la población con economías más deprimidas, hablan de aplicar impuestos pero no aclaran qué finalidad debería tener el dinero recaudado. No es la primera vez que tratamos este tema en Gastronomía & Cía, los impuestos terminan engrosando las arcas del Estado y no se destinan a mejorar la sanidad, la alimentación, la educación, etc. Sí es cierto que el problema es grave y tiene una gran magnitud, basta con saber que la prevalencia mundial de la obesidad se ha duplicado en el periodo comprendido entre el año 1980 y el año 2008, son más de 500 millones de personas obesas las que hay en el mundo.
Un marco legal internacional contra la alimentación poco saludable no es fácil de llevar a cabo y deben ser considerados muchos puntos. A través de este enlace (Pdf) podréis leer el documento de Consumers International y World Obesity Federation sobre las recomendaciones para una convención global para la promoción y protección de dietas saludables.
Foto | Marshall Astor