La FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) ha concluido una metódica revisión sobre la documentación científica relacionada con los aceites parcialmente hidrogenados, determinando en una resolución final que esta fuente dietética de grasas trans artificiales presente sobre todo en los alimentos procesados que han sido sometidos al proceso de hidrogenación, no es segura para su uso en los productos alimentarios.
La hidrogenación es el proceso por el que los aceites son transformados en grasas sólidas con la ayuda de un catalizador y la adición de hidrógeno a altas presiones y temperaturas. Con este proceso se saturan los enlaces insaturados del aceite aumentando su punto de fusión, la solidificación de estos aceites proporciona mayor estabilidad oxidativa al eliminar los ácidos linoléico y linolénico, como responsables del deterioro de un alimento por oxidación, otorgando mayor textura y “frescura”, lo que facilita su uso en la industria alimentaria dedicada a los productos comerciales de pastelería, comidas preparadas, alimentos procesados, etc.
Los ácidos grasos trans aumentan la concentración de lipoproteínas de baja densidad en la sangre y además disminuyen la cantidad de lipoproteínas de alta densidad, lo que se denomina “colesterol bueno”, por lo que incrementan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. California fue el primer del país en llevar a cabo una prohibición de las grasas trans en los restaurantes y a partir de ese momento empezaron a prohibirse en otros productos de repostería, pero se ha seguido permitiendo en las comidas preparadas y alimentos procesados o snacks como las patatas fritas de bolsa. El caso es que ahora se prohíben las grasas trans en Estados Unidos, a partir del 18 de julio del 2018 ya no podrán ser añadidas en los alimentos a menos que sean aprobadas específicamente por la FDA (casos concretos).
Se proporciona un periodo de tres años para facilitar que la industria pueda reformular sus productos para evitar la inclusión de los aceites parcialmente hidrogenados, o bien para formular una petición a la FDA para que se permita su uso con fines específicos. Con esta iniciativa sobre esta fuente de grasas trans artificiales, la FDA pretende demostrar el compromiso que tiene con la salud cardiovascular de los estadounidenses, y se espera que se reduzca el índice de enfermedades coronarias y el número de ataques cardíacos que se producen cada año.
Sobre el consumo de grasas trans, muchos expertos se han pronunciado indicando que no existe un nivel seguro de consumo y que deberían ser erradicadas, el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) asegura que con esta medida se van a poder prevenir unos 20.000 ataques cardíacos y unas 7.000 muertes coronarias anuales, aunque tarde, la FDA ha tomado una decisión que muchos consideran necesaria y acertada. Pero también hay quien considera que en realidad no se trata de una prohibición, ya que como hemos indicado anteriormente, la FDA podría aprobar su uso en casos concretos. Algunas empresas pueden realizar la solicitud para utilizar los aceites parcialmente hidrogenados como un aditivo, la FDA se encargará de analizar el caso y si su uso se puede considerar seguro. Esto parece una contradicción según la propia declaración de la agencia, por otro lado no se ha definido un nivel de consumo seguro, por lo que no se puede hablar de una prohibición tajante como la que se llevó a cabo en los restaurantes de California.
Los aceites parcialmente hidrogenados se han estado utilizando como ingrediente alimentario desde la década de los 50 con el propósito de poder mejorar la vida útil de los alimentos procesados, pero lo que parece bueno para ampliar la vida de los alimentos no es bueno para ampliar la vida humana, así los explica Susan Mayne, una de las personas responsables de la FDA, en este artículo. También explica que aunque se ha ido reduciendo su uso en la industria alimentaria, se han seguido comercializando en diferentes productos de gran consumo, algo a lo que se pretende poner fin.
Por último, durante este periodo de transición de tres años, la FDA aconseja a los consumidores que buscan reducir el consumo de este tipo de grasas, que revisen las etiquetas alimentarias para evitar adquirir alimentos que contengan aceites parcialmente hidrogenados. Además, y según leemos aquí, se apunta otro detalle, es posible que aparezca que el contenido de grasas trans sea “0” sin embargo eso no quiere decir que no las contenga, simplemente que su cantidad es menos de 0’5 gramos por porción de alimento. A través de este enlace (Pdf) podréis acceder al documento emitido por la FDA sobre las conclusiones alcanzadas en esta cuestión.