En la búsqueda de alimentos que sean más sostenibles, la industria alimentaria ha dado un paso significativo con el lanzamiento del primer aceite de palma del mundo con carbono neutral. Esta iniciativa viene de la mano de Daabon UK, una división del Grupo Daabon que ha desarrollado un aceite de palma orgánico que promete una huella ambiental considerablemente reducida. Pero, ¿qué significa realmente que un producto alimenticio sea «neutro en carbono» y hasta qué punto estas afirmaciones son precisas?
Como sabemos, la industria del aceite de palma ha estado bajo la lupa debido a su impacto ambiental, especialmente por la deforestación y las emisiones de carbono que genera su producción tradicional. Sin embargo, Daabon ha trabajado durante más de tres décadas para reducir las emisiones a lo largo de la cadena de producción, hasta conseguir que su aceite de palma sólo tenga una huella de carbono de -977 kg de CO2 por tonelada. Esta cifra contrasta con los +5,340 kg de CO2 por tonelada que se asocia a la producción de aceite de palma convencional.
El proceso de producción del aceite de palma neutro en carbono, implica un enfoque integral que abarca desde la forma en la que se cultiva la tierra, hasta el uso de la tecnología para capturar el metano que se genera en la planta procesadora. Daabon ha realizado una apuesta por la reutilización de los desechos orgánicos como una fuente de energía, ha implementado técnicas agrícolas regenerativas, así como un compromiso firme con la cero deforestación. Todo un conjunto de prácticas que han permitido reducir el impacto ambiental del aceite de palma de un modo muy significativo.
Daabon considera que la introducción de su aceite de palma es una gran noticia, ya que ofrece a la industria alimentaria, y en especial a los sectores de la panadería y los snacks, una oportunidad para mejorar sus productos alineándolos con la demanda cada vez más generalizada de utilizar materias primas sostenibles y con una precisa trazabilidad. Por otro lado, con el uso de este aceite se favorece que las empresas que utilizan este ingrediente, reduzcan las emisiones que se generan a lo largo de sus cadenas de suministro.
A pesar de los beneficios que Daabon y otras empresas promueven con la producción de ingredientes neutrales en carbono, no todos están convencidos de su impacto positivo. Recordemos que la Organización Europea de Consumidores (BEUC) solicitó la prohibición de las declaraciones de «neutralidad de carbono» en alimentos y bebidas en Europa. Según BEUC, estas afirmaciones pueden resultar engañosas, ya que dan la impresión de que los productos son completamente inofensivos para el medio ambiente, cuando en realidad, cualquier proceso de producción genera inevitablemente emisiones de CO2.
BEUC argumentaba que la neutralidad del carbono se basa en compensar las emisiones generadas durante la producción, y a menudo mediante proyectos de reforestación o créditos de carbono. Sin embargo, la efectividad de estas medidas era cuestionable, ya que plantar árboles, por ejemplo, podía ser un método más económico para las empresas, pero los efectos compensatorios podían tardar décadas en manifestarse. Mientras tanto, la percepción de los consumidores ha sido que al adquirir estos productos, contribuían de manera inmediata en la lucha contra el cambio climático, algo que por supuesto no es del todo cierto.
Posteriormente, la Comisión Europea propuso criterios comunes contra el “lavado verde” o “ecopostureo”, propuesta con la que se pretendía facilitar a los consumidores información clara, segura y veraz, de manera que a la hora de comprar un alimento o bebida con declaraciones medioambientales, se tenga la seguridad de que se trata de declaraciones veraces.
La postura de BEUC puso en evidencia un aspecto crítico de la narrativa sobre la sostenibilidad, aunque el aceite de palma neutro en carbono de Daabon puede ser un avance importante, la discusión sobre la neutralidad del carbono va más allá de la producción en sí misma. Se trata de cuestionar si el hecho de compensar emisiones, es tan efectivo como se promete, pero quizá, en lugar de invertir en compensaciones, sería mejor que las empresas se centraran en reducir sus emisiones directas.
El caso del aceite de palma neutro en carbono pone de manifiesto la complejidad de las afirmaciones de sostenibilidad en la industria alimentaria. Mientras que algunos ven este desarrollo como un paso hacia un futuro más responsable con el medio ambiente, otros consideran que es un pequeño paso y que hay mucho «lavado verde» que se debe atajar, ya que no se abordan de raíz los problemas de la producción industrial.
Con regulaciones cada vez más estrictas en la Unión Europa, como es el caso del Reglamento sobre Deforestación de la UE (EUDR), que ahora se ha propuesto retrasar un año, la demanda de productos con menor impacto ambiental se incrementará. En definitiva y como comentan aquí, el primer aceite de palma neutro en carbono es todo un logro tecnológico y marca un hito importante en la industria alimentaria, pero se trata de una gota en un océano, siendo necesario que la industria alimentaria trabaje en serio y siga el ejemplo de Daabon.
Podéis conocer más detalles del aceite de palma con carbono neutro a través de la página oficial de Daabon.
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