Which es una organización de consumidores del Reino Unido que solicita al Gobierno del país que se introduzca el etiquetado semáforo obligatorio después del Brexit (salida del Reino Unido de la Unión Europea). La solicitud la realiza en un informe en el que se denuncia que los cereales para el desayuno tienen un elevado contenido en azúcares añadidos, algunas marcas contienen más de tres cuartas partes de la ingesta máxima recomendada diaria en una sola ración.
Esta organización ha realizado comparativas encontrando que algunos cereales como los All Bran de Kellogg’s, que se perciben por los consumidores como más saludables, contienen dos cucharaditas de azúcar en una ración de 40 gramos. Otras marcas realizan menciones a la fruta que contiene la caja de cereales siendo claramente engañosas, ya que en algunos casos el paquete tan sólo contiene un 1% de fruta y la mayor parte del azúcar no procede de ella, obviamente, sino de los azúcares añadidos. La organización también ha denunciado las raciones recomendadas por ser confusas, algunas marcas recomiendan 30 gramos, otras entre 30 y 45 gramos, son una serie de problemas que se solventarían fácilmente implementando un etiquetado semáforo obligatorio.
Recordemos que el etiquetado semáforo estandarizado se introdujo en el país en el año 2012, hasta entonces, algunas empresas utilizaban diferentes formatos de etiquetado semáforo, algo que acabó tras la introducción de un etiquetado estandarizado por parte de la FSA (Food Standards Agency, Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido). Sin embargo, se mantuvo el carácter voluntario de su uso, argumentando que para que se introdujera de forma obligatoria sería necesario alcanzar un acuerdo en la Unión Europea. Con el Brexit es obvio que esta condición ya no sería necesaria y se podría introducir de forma obligatoria, es por ello que esta organización realiza la petición.
Para Which es evidente que el actual sistema de etiquetado alimentario es confuso y engañoso, considera necesario ayudar a los consumidores a que con un simple vistazo, puedan realizar comparativas en cuanto a la cantidad de grasas, azúcares y sal que contienen los productos, estando demostrado que es una forma eficaz de facilitarles la tarea de elegir los productos más saludables, algo que se consigue perfectamente con el etiquetado semáforo. La organización comenta que no tiene sentido que se utilicen distintos tamaños de raciones y que no exista una estandarización en este caso, a esto hay que añadir la desactualización de la guía dietética nacional cuyos datos desfasados no proporcionan las recomendaciones para seguir una dieta sana y equilibrada. Si todos los fabricantes utilizaran el etiquetado semáforo estandarizado, no importaría el tamaño de las raciones de cada uno, se podría detectar fácilmente qué productos son más saludables, ya que las mediciones se realizarían en base a 100 gramos de producto.
Por cierto, recordemos que Coca-Cola, Mondelez, Nestlé, PepsiCo y Unilever, han introducido un etiquetado semáforo a conveniencia en Europa, a conveniencia porque realiza los cálculos en base a las raciones y no a 100 gramos de producto, siendo un modo de eludir los puntos rojos que aparecerían en sus productos. Si se atendiera a la petición de Which, estas compañías que también operan en el Reino Unido deberían utilizar el etiquetado semáforo estandarizado, lo que echaría por tierra sus planes, al menos en este país.
La organización de consumidores cree que el Gobierno no debe perder la oportunidad que brinda el Brexit para poder establecer de forma obligatoria el etiquetado y dar pasos de gigante para mejorar la alimentación. Por supuesto, la industria representada por la FDF (Federación de Alimentos y Bebidas del Reino Unido), ha contestado a Which defendiendo su transparencia en el etiquetado, destacando que existe un requisito legal para proporcionar información nutricional, pero que muchas empresas van más allá de ese requisito y además de forma voluntaria. Explica que las empresas tienen la obligación legal de informar a sus clientes sobre lo que contienen sus alimentos, listado de ingredientes e información nutricional por cada 100 gramos de producto, pero muchas empresas se esfuerzan por proporcionar más información de forma clara y simple ¿a qué información se refieren?
Según leemos en este artículo de Which, compañías como Kellogg’s reconocen que tienen un papel importante para ayudar a los consumidores a tomar decisiones más saludables, por ello, recuerda que a finales del año pasado anunció un plan para renovar la gama de cereales, incluida una reducción del 40% del contenido en azúcar, así como el lanzamiento de nuevos productos supuestamente más saludables, pero no se pronuncian sobre el etiquetado semáforo, si tanto van a mejorar la calidad de los productos ¿qué problema existe para utilizar este etiquetado? Quizá deberían tomar ejemplo de Danone.
Cierto es que se trata de una oportunidad de oro, la introducción del etiquetado no sólo sería una guía eficaz para el consumidor, posiblemente aceleraría las reformulaciones y la calidad nutricional de los productos alimenticios mejoraría notablemente, todo por no tener un punto rojo en la etiqueta colocada en el frontal del envase.