La organización de consumidores Foodwatch Holanda ha puesto en marcha una campaña en la que pide al Gobierno la introducción del impuesto de los refrescos en los Países Bajos. Esta organización argumenta que es necesario que las grandes compañías que abusan del azúcar en sus productos, paguen los gastos de la atención sanitaria y se reduzca la prima del seguro de salud de los consumidores, ya que están directamente relacionadas con el incremento del gasto sanitario.
Un impuesto del azúcar, según Foodwatch, es una medida adecuada que se debe aplicar para alentar a los fabricantes a que reformulen sus productos para que sean más saludables. Hay que decir que el Secretario de Estado de Salud, Bienestar y Deportes de los Países Bajos manifestó el pasado mes de abril que un impuesto del azúcar era una opción interesante a tener en cuenta, mostrándose receptivo con la introducción del gravamen, por ello, la organización de consumidores quiere darle un impulso al secretario. Foodwatch cree que podría incluirse el gravamen cuando se presente, después del verano, el Acuerdo Nacional de Prevención que tiene como cometido mejorar la salud de los habitantes de los Países Bajos.
En este plan se han dispuesto medidas conjuntas con otros organismos, organizaciones y empresas para abordar tres principales problemas de salud, el sobrepeso y la obesidad, el abuso del consumo de alcohol y el tabaquismo. Este acuerdo no reemplaza a los programas existentes para abordar estos problemas, su cometido es acelerarlos y reforzarlos con medidas adicionales. Claro que, aunque el acuerdo se presentará después del verano, ya fue firmado, por lo que incluir la medida de gravamen sobre el azúcar puede ser complicado.
Foodwatch explica que la mitad de los adultos de los Países Bajos sufren sobrepeso, más de cuatro millones de personas siguen tratamientos para reducir la presión arterial o el colesterol, cada semana se diagnostican 1.200 personas con diabetes y en la actualidad ya hay 1’2 millones de personas que sufren esta enfermedad. Como resultado de los crecientes problemas de salud, el gasto sanitario aumenta de forma significativa, calculándose actualmente un sobrecoste de 1.600 millones de euros anuales en gastos médicos directos y unos 2.000 millones de euros en gastos médicos indirectos.
En el año 2015, el Consejo de Salud de los Países Bajos, después de revisar los consejos nutricionales que proporciona el Gobierno concluyó que el consumo de bebidas y refrescos azucarados aumentaba el riesgo de sobrepeso y diabetes tipo 2, la misma conclusión a la que han llegado muchos estudios. Se presentaron dos principales recomendaciones, una de ellas era evitar el consumo de este tipo de bebidas, ya que los holandeses se encuentran entre los mayores consumidores de refrescos del mundo, destacando que los niños consumen más de medio litro de bebidas azucaradas por día.
La organización de consumidores cree necesario que se introduzca el impuesto del azúcar en Holanda, recordando que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ve con buenos ojos la introducción de medidas fiscales, como el mencionado impuesto, para promover dietas más saludables, recordemos que así se reflejaba en el informe de la división europea de la OMS presentado en 2015. Foodwatch quiere que se acabe con la política de auto-regulación, es decir, las iniciativas voluntarias para que las compañías alimentarias reduzcan el contenido de azúcar en sus productos, apuesta por una política alimentaria real que obligue a los cambios, por ejemplo, la introducción del impuesto del azúcar.
Con el gravamen del azúcar se lograría que los fabricantes asumieran los costes sanitarios, que las empresas se esforzaran más para reformular sus productos, se reduciría el consumo de refrescos y bebidas azucaradas y, por tanto, mejoría la salud de la población y se podría pagar una prima de seguro sanitario más reducida. Estos son los principales beneficios que ve Foodwatch, por eso invita a los ciudadanos de los Países Bajos a participar y a firmar la campaña que parece que se ha centrado en Coca Cola, ya que su título es ‘Permite que Coca Cola pague el creciente gasto en atención sanitaria’.
Quizá la organización no debería haber citado a una única compañía, recordemos que son muchas las que abusan del azúcar en sus productos y no son sólo bebidas. La organización ha realizado varios estudios sobre el tema, como este estudio en el que se concluía que el 70% de los productos alimenticios de un supermercado son ultraprocesados y tienen un elevado contenido en grasas saturadas, azúcares y sal. De hecho, ni siquiera las conservas de verduras se libran de la adición de azúcar, por lo que quizá no es lógico hablar únicamente de los refrescos y apuntar a una sola compañía.
Como decíamos, vemos difícil que el gravamen se incluya en el Acuerdo Nacional de Prevención, en este caso sería necesario que la medida fuera introducida a través del Ministerio de Hacienda del país. Podéis conocer más detalles de esta iniciativa a través de este artículo publicado en la página oficial de la asociación de consumidores.
Foto 2 | Jdrephotography