Hoy conocemos la publicación de un documento de la Federación Mundial de la Obesidad en el que se realiza un llamamiento a todas las organizaciones de salud del mundo, pidiendo declarar la obesidad como una enfermedad, reivindicación que se ha realizado desde hace años. Esta organización tiene la esperanza de que si se logra esta clasificación, los médicos tendrán una visión más holística, analizando el problema de una forma más global, por lo que se aumentaría el enfoque hacia la prevención y tratamiento de la obesidad.
La World Obesity Federation (Federación Mundial de la Obesidad) es una organización que trabaja para dar a conocer los resultados de las últimas investigaciones relacionadas con la obesidad, las causas, su impacto, la prevención y los tratamientos existentes. Tiene el cometido de intentar influir en las empresas, los gobiernos e instituciones académicas para que se sumen a la lucha contra la obesidad, poner en marcha programas educativos contra lo que consideran una enfermedad, organizar conferencias, proporcionar formación y aumentar la comunidad de miembros que se dedican a trabajar para tratar los problemas de la obesidad.
La WOF considera que al clasificar la obesidad como una enfermedad se eliminará la sensación que tienen las personas obesas, que son los únicos responsables de sufrir el exceso de peso. Los autores de la redacción del documento explican que una vez que se clasifique la obesidad como una enfermedad, los médicos empezarán a pensar en el problema con un enfoque diferente. En vez de culpar a la persona que padece la enfermedad, algo que se considera que no hay que hacer en ningún caso, hay que analizar las causas y diseñar un tratamiento. Por otro lado, existe la convicción de que es necesario un proceso de educación pública para vencer al estigma que está asociado a la obesidad.
Algunos expertos no están de acuerdo con esta clasificación, ya que consideran que catalogar la obesidad como una enfermedad elimina la responsabilidad que tiene la persona, porque en la mayoría de casos las personas son responsables de su condición, siendo un camino complicado y peligroso. En esto se podría estar algo de acuerdo, ya que buena parte del problema anida en la industria alimentaria porque la mayoría de productos que comercializa no son saludables y están cargados de grasas, sal y azúcares ocultos. Si la alimentación fuera de calidad, se considera que el problema se reduciría de forma significativa.
Los responsables de la redacción del documento comentan que, por ejemplo, se recauda dinero para tratar una enfermedad como el cáncer de mama, pero la mayoría de las personas no saben que una tercera parte de los casos de este tipo de cáncer pueden estar relacionados con la obesidad, por eso consideran necesaria la clasificación solicitada. Reclasificar el problema como una enfermedad podría ofrecer beneficios a los ciudadanos en los países donde los costes de los servicios de salud se financian por el sistema de seguros médicos (por ejemplo Estados Unidos), ya que estos limitan los pagos por condiciones o factores de riesgo que no se asocian a las enfermedades.
Evidentemente, un cambio de consideración no modificará los costes sanitarios asociados a las enfermedades derivadas de la obesidad, como por ejemplo la diabetes, las enfermedades coronarias, los accidentes cardiovasculares, etc. La WOF (World Obesity Federation) comenta que la AMA (Asociación Médica Estadounidense) organización constituida para la promoción de la ciencia y la medicina para el mejoramiento de la sanidad pública, reconoce la obesidad como una enfermedad, destacando que se trata de una condición crónica que hay que abordar de forma urgente. Alude, además, a las declaraciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), aunque en este caso sólo encontramos que esta organización considera el problema como un factor de riesgo importante para las enfermedades no transmisibles.
Lo cierto es que cada vez se dan más casos de obesidad en el mundo, los expertos de la WOF comentan que se trata del efecto bola de nieve, lo que obliga a la reclasificación de la obesidad como una enfermedad crónica y recurrente, asegurando que se ajusta al modelo epidemiológico de un proceso de enfermedad, aunque su origen no sea de carácter tóxico o microbiológico. Por ello, trabaja para cambiar la opinión de las personas que no creen que la obesidad debe ser clasificada como una enfermedad.
Este tema ha generado muchos debates entre la comunidad científica, hay que tener en cuenta que el coste del tratamiento tiene muchas más posibilidades de ser subvencionado por la salud pública si se considera una enfermedad. En una cosa si están de acuerdo, la obesidad, sea una enfermedad o no, necesita un tratamiento y a ser posible que sea de carácter preventivo. Podéis conocer todos los detalles de la noticia en la página de la WOF y leer el documento publicado, a través de este enlace (Pdf).