El zinc es un elemento químico que tiene un papel esencial en los seres humanos, interviene en el metabolismo de los ácidos nucleicos y las proteínas, estimula la actividad enzimática, ayuda al correcto funcionamiento del sistema inmunitario, facilita la cicatrización, interviene en la síntesis del ADN, en la percepción del gusto y el olfato, etc. Su deficiencia afecta al sistema inmune, provoca retraso en el crecimiento y desarrollo, pérdida de peso, retraso en la cicatrización de las heridas y aparecen lesiones oculares, entre otras cosas. Los habitantes de algunos países en vías de desarrollo tienen una dieta deficiente en zinc, por lo que tienen un mayor riesgo de sufrir los problemas descritos.
Hoy conocemos una investigación interesante desarrollada por expertos del Departamento de Ciencias Vegetales y Ambientales de la Universidad de Copenhague, con la que se ha descubierto cómo aumentar en los alimentos vegetales el zinc, algo que ayudará a mejorar la dieta de las personas que viven en países en vías de desarrollo. Los investigadores han logrado identificar el sistema que utilizan las células vegetales para el transporte y la acumulación de zinc en las semillas, por lo que se podría acelerar este sistema para facilitar que las semillas pudieran acumular un mayor contenido en zinc.
El zinc es un elemento necesario para el desarrollo de las plantas, su carencia es probablemente la deficiencia de micronutrientes más común en los cultivos del mundo. Provoca pérdidas en el rendimiento del cultivo y los mencionados problemas para la salud humana, algunos estudios apuntan que hasta un tercio de la población mundial está afectada por la deficiencia de zinc. Por tanto, con el descubrimiento realizado no sólo se lograría mejorar la nutrición de los países en vías de desarrollo, también contribuiría a mejorar el rendimiento de los cultivos.
Los investigadores explican que el mecanismo de las células para transportar el zinc ha pasado desapercibido hasta ahora, por lo que el reto es crear cultivos con una carga mejorada de zinc en las semillas. Los investigadores comentan que si se puede producir una variante de centeno con mayor contenido en zinc, probablemente se podrá realizar lo mismo con otros cultivos, como por ejemplo el trigo, el arroz, la cebada, etc. Las primeras investigaciones sobre la absorción de zinc se han realizado con semillas de Arabidopsis thaliana, una maleza que se utiliza habitualmente para estudiar diferentes aspectos de la biología vegetal. Los expertos comentan que tenían como base otros estudios que mostraban que el zinc jugaba un papel importante en las raíces de esta maleza.
Tras las pruebas de laboratorio oportunas, en las que se crearon variantes de la maleza, se determinó la importancia de las células responsables de la entrega del micronutriente a las semillas de la planta. Ahora el objetivo es profundizar en el funcionamiento del sistema y la función que tienen las denominadas “bombas” de zinc en la maleza utilizada para la investigación, posteriormente se deberán trasladar sus principios a los cultivos convencionales con los que se alimenta la humanidad. Claro, que antes hay que solucionar un problema, estas bombas responsables del transporte de zinc, también transportan cadmio hacia la semilla, un metal pesado tóxico, por lo que es necesario encontrar el modo de separar las dos funciones y aislar la que sólo facilita el transporte de zinc.
Dado que se ha encontrado que estas células también pueden trasportar y acumular cadmio en las semillas, en teoría se podría producir un tipo de planta para que limpiara los suelos contaminados con cadmio, lo que añade más valor a la investigación. De todos modos y según comentan los expertos, queda un largo camino hasta lograr que se puedan producir comercialmente alimentos vegetales con una mayor carga de zinc.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Dinamarca y en este otro de la revista científica Nature Plants.