Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad George Washington, las comidas rápidas de Estados Unidos, como los nuggets, las hamburguesas, los burritos, pizzas, etc., contienen productos químicos industriales potencialmente dañinos. En los productos alimenticios de las cadenas de comida rápida se han encontrado diferentes tipos de ftalatos, compuestos que se emplean habitualmente como plastificadores que facilitan que los envases sean más flexibles, pero también se han encontrado plastificantes de reemplazo como el DEHT (tereftalato de dioctilo), elemento que, según los expertos, necesita someterse a más estudios para conocer su verdadero impacto en la salud humana.
Los investigadores explican que las sustancias químicas detectadas están relacionadas con una amplia lista de problemas de salud, apuntan que 10 de las 11 sustancias detectadas son potencialmente peligrosas y están presentes en los alimentos preparados de las cadenas de comida rápida de Estados Unidos. Ante estos resultados, es lógico que los expertos consideren necesaria una legislación más estricta que evite que estas sustancias químicas puedan estar presentes en los alimentos que comercializan.
Anteriormente ya se realizó un estudio en el que se encontró que las personas que consumían comida rápida, tenían un nivel más elevado de ftalatos en el organismo, pero hasta ahora nadie había examinado la relación entre la comida rápida y los plastificantes de reemplazo, sustancias que sustituyen a los ftalatos prohibidos o limitados, en equipos de procesamiento y envasado alimentario.
En la investigación, los expertos adquirieron 64 productos de comida rápida de diferentes cadenas, tras los análisis oportunos se determinó que un 81% de las muestras contenían un ftalato denominado DnBP (ftalato de di-n-butilo), sustancia química que se añade a plásticos duros para ablandarlos, siendo más utilizado en los plásticos de cloruro de polivinilo. Se encontró que el 70% contenía DEHP (di(2-etilhexil) ftalato, aunque esta sustancia también se conoce con otros nombres como dioctil ftalato (DOP) o ftalato (BEHP). Ambas sustancias químicas se han relacionado con problemas en los sistemas reproductivos humanos, trastornos de la atención y el aprendizaje, etc. Un 86% de las muestras contenían plastificante de reemplazo como el DEHT, del que se apunta que son necesarias más investigaciones para determinar su impacto en la salud humana.
Se ha detectado que aquellas comidas rápidas que contienen carne como, por ejemplo, los burritos o las hamburguesas, contenían un nivel más elevado de las sustancias peligrosas citadas. Burritos de pollo y hamburguesas con queso fueron los alimentos con un mayor nivel de DEHT, y las pizzas de queso fueron los productos que tenían un nivel más bajo de la mayoría de los productos químicos analizados en el estudio.
Los investigadores comentan que las personas que consumen alimentos que cocinan en casa tienen niveles más bajos en sangre de estos productos químicos, considerando que quizá es por el hecho de que no usan guantes para manipular alimentos (tal y como se exige en la industria alimentaria del país), ni envases de plástico. Por eso, se sugiere que para evitar la ingesta de estas sustancias químicas, lo mejor es disfrutar de las comidas caseras, al menos hasta que se pongan en marcha regulaciones estrictas que garanticen la ausencia de estos plastificantes en los productos alimenticios que ofrecen las cadenas estadounidenses.
Resulta curioso saber que a pesar de que se están utilizando los plastificantes de reemplazo en lugar de los diferentes ftalatos, no se han realizado los estudios oportunos que garanticen la seguridad para los consumidores, todo sea que en un futuro a corto o medio plazo se descubra que también son peligrosos y deban ser nuevamente sustituidos. Para los expertos es evidente que quien más consume comida rápida, tiene mayor nivel de estas sustancias químicas en su organismo, apuntando sobre todo a las personas con economías limitadas, que tienen menos acceso a alimentos saludables como frutas y verduras.
Sería interesante que se realizara un estudio similar con la comida rápida que se sirve en los establecimientos de nuestro país, quizá los datos obtenidos serían similares. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad George Washington, y a través de este otro publicado en la revista científica Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology.