Hace unos días se descubría en el Reino Unido que se estaba utilizando cáscaras de almendras y cacahuetes como ingredientes (no declarados), tenían como objetivo sustituir en parte al comino que contienen algunos alimentos preparados. Se argumentaba que podría tratarse de un nuevo fraude alimentario mucho más grave que el de la carne de caballo, la razón de esta práctica podía ser el significativo incremento del precio del comino a causa de las malas cosechas, situándose el precio del saco de 20 kilos en el pasado mes de diciembre en algo más de 25 euros.
A raíz de este incidente, se cuestiona la seguridad de las cadenas de suministro de especias indicando que son susceptibles al fraude y por tanto, se incrementa el riesgo para la seguridad y salud de los consumidores. En el caso de la sustitución del comino se ha barajado la posibilidad del fraude y de la contaminación cruzada, en ambos casos se delata una debilidad potencial en la cadena de suministros de hierbas y especias, por lo que se habla de la necesidad de reforzar la protección de los consumidores.
Los expertos explican que las especias son un área complicada, ya que el producto procede mayoritariamente de países lejanos, generalmente de África y Asia, países donde las normas de seguridad alimentaria no son ni mucho menos tan estrictas como en el Reino Unido o en cualquiera de los países de la UE. Además, en la cadena participan varios intermediarios y las hierbas y especias son transportadas en varias ocasiones de un almacén a otro, lo que incrementa significativamente la posibilidad de fraude o contaminación cruzada desde su origen.
Esto obliga a que las empresas que reciben el producto final para su procesado, deban verificar toda la cadena para poder garantizar la seguridad de los productos. La contaminación cruzada es uno de los grandes problemas, el modo en el que se transportan las especias y la cantidad de puntos donde se almacenan (intermediarios) favorece que se pueda producir la contaminación cruzada. El mencionado supuesto fraude, obligó a identificar todos los puntos de la cadena para certificar su correcto funcionamiento a fin de evitar que afectara a la confianza de los consumidores, aunque la verdad, después de tanto escándalo alimentario, es difícil creer que los consumidores del Reino Unido sigan confiando en las cadenas de suministro de alimentos.
Hoy la FSA (Food Standards Agency), Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido, y otras tres organizaciones del país se reúnen en un taller especialmente organizado con representantes de toda la industria alimentaria para identificar cualquier debilidad potencial en la cadena de suministros de especias y hierbas. También se discutirá qué medidas podrían ser necesarias para poder reforzar la protección de los consumidores en todo el sector.
Es importante para la industria alimentaria poder transmitir que la comida que comercializan es segura y además, que lo que se indica en las etiquetas alimentarias es 100% fiable, por ello se va a trabajar para mejorar en la cadena de suministros de especias y hierbas que procedan de terceros países. La Federación de Alimentos y Bebidas del país, la Asociación de Comerciantes de Especias y otros operadores, están totalmente de acuerdo en implementar una serie de controles que puedan cubrir todas las etapas de la cadena desde el punto de producción, pasando por la transformación, el transporte y la distribución. Manifiestan apoyar este análisis de la cadena ya que será una oportunidad para poder compartir conocimientos sobre el suministro de especias, el control de riesgos o la experiencia en la gestión, es lógico ya que el problema les afecta directamente.
Esta convocatoria para realizar un análisis global de la cadena de suministros de especias contando con la participación de todas las partes implicadas debe ayudar a mejorar la comprensión sobre los controles actuales que se realizan y abordar todos aquellos puntos débiles de la cadena, se asegura que gracias a ello se podrán mejorar los actuales controles. Hay que tener claro que no se trata de un problema puntual que esté sufriendo el Reino Unido, también pueden estar afectados otros países occidentales que reciben especias y hierbas procedentes de África y Asia, quizá la Unión Europea debería seguir el ejemplo de la FSA y poner en marcha un taller similar, así como implementar las medidas que garanticen la calidad y seguridad de estos productos en toda la cadena alimentaria.
Podéis conocer más detalles sobre el taller de hierbas y especias que se celebra hoy a través de la página web de la FSA.
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