La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) ha llevado a cabo una evaluación del riesgo del arsénico inorgánico a petición de la Comisión Europea, a partir de los nuevos estudios que han realizado investigadores independientes sobre sus efectos tóxicos. Los resultados de la evaluación reafirman los obtenidos en la realizada en el año 2009, y se confirman los problemas de salud causados por la ingesta de alimentos con arsénico inorgánico.
El arsénico inorgánico puede encontrarse en la naturaleza como parte de los minerales, su presencia en el medio ambiente es el resultado de procesos geológicos y de liberación natural de aquellos minerales que contienen arsénico, aunque también puede liberarse al medio ambiente a través de diferentes actividades humanas, como la minería, el uso de combustibles fósiles, la producción industrial o el uso de productos químicos que contienen arsénico.
No se pueden obviar las actividades agrícolas como el uso de productos fitosanitarios (pesticidas y herbicidas que se utilizan en terceros países con una legislación deficiente en materia de seguridad alimentaria) que contienen este elemento, y que también pueden contribuir a la presencia de arsénico inorgánico en el suelo y el agua y por consiguiente, en los alimentos. Recordemos, por ejemplo, que las plantas de arroz son susceptibles y tienen una gran capacidad de absorber e integrar el arsénico en su composición.
El arsénico es un elemento necesario para la vida y su exceso o deficiencia pueden provocar problemas de salud, pero en este caso se trata de compuestos orgánicos de arsénico, que es diferente del arsénico inorgánico, elemento que al ser ingerido se acumula en el organismo y puede causar diferentes problemas de salud de carácter crónico, daños genéticos y cáncer. Las fuentes ambientales de exposición al arsénico son los alimentos, el agua, el suelo y el aire, es persistente en el medio ambiente y no se deteriora.
Como decíamos, la CE solicitó a la EFSA una actualización de la evaluación del arsénico inorgánico que realizó en el 2009 a fin de que se consideraran los nuevos estudios que se han realizado hasta la fecha. La evaluación de la agencia incluyó la consulta de las partes interesadas, considerando los comentarios recibidos antes de proporcionar las conclusiones.
La EFSA explica que los alimentos son la principal fuente de exposición al arsénico inorgánico en general, cita como ejemplos el arroz, los cereales, y los productos elaborados con estos alimentos. Recordemos que sobre el arsénico inorgánico en el arroz hemos hablado en varias ocasiones, también hemos podido saber que el arroz integral tiene más arsénico inorgánico que el arroz blanco, e incluso hemos conocido un método que permite determinar el contenido de arsénico inorgánico en los alimentos. La agencia comenta que otra fuente de arsénico inorgánico a destacar es el agua, aunque en el caso de Europa, los niveles son bajos.
En esta nueva evaluación la EFSA ha considerado el incremento de la incidencia de los cánceres de piel asociados a la exposición del arsénico inorgánico como el efecto nocivo más relevante. En la evaluación de las sustancias genotóxicas (agentes físicos, químicos o biológicos que pueden causar daño en el material genético) y cancerígenas que están presentes involuntariamente en la cadena alimentaria, se calculó un margen de exposición (MOE) para los consumidores. La EFSA explica que el MOE es una relación de dos factores, la dosis con la que se observa un efecto adverso pequeño pero que se puede medir, y el grado de exposición a una sustancia para un segmento poblacional determinado.
En esta evaluación se consideró el aumento de la incidencia de los casos de cáncer de piel, que se asociaban a la exposición al arsénico inorgánico como el efecto nocivo más relevante. Según los datos, un MOE de 1 o menos correspondería a un nivel de exposición al arsénico inorgánico que podría estar asociado con un mayor riesgo de cáncer de piel, hay que aclarar que un MOE con un valor bajo representa un riesgo mayor que un MOE con un valor más alto. En las personas adultas el MOE es bajo y oscila entre 2 y 0,4 para los consumidores medios, y entre 0,9 y 0,2 para los consumidores elevados, lo que plantea un problema de salud.
La EFSA explica que también está evaluando el riesgo de la exposición al arsénico orgánico presente en los alimentos, y una vez que finalice, se procederá a evaluar los posibles riesgos de una exposición combinada al arsénico orgánico e inorgánico a través de la dieta, entonces sabremos si esta combinación encierra aún mayor riesgo para la salud. Podéis conocer todos los detalles de la evaluación de la EFSA a través de este artículo publicado en su página web.
Foto 1 | Charles Haynes
Foto 2 | I. Yakubovich