Hace unos días la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) multaba con 88’2 millones de euros a varias empresas y asociaciones que operan en el mercado de aprovisionamiento de la leche de vaca en España. Al parecer, se abrió expediente a raíz de un estudio sobre el sector lácteo español realizado por el Servicio de la Competencia de Castilla y León, en él se apuntaban posibles conductas restrictivas en este mercado, varias empresas del sector se intercambiaban información sobre los precios de compra de la leche de vaca cruda, el volumen de compra, los excedentes de leche, etc., información privilegiada que era de gran valor para estas empresas a la hora de negociar los precios de la leche.
La sanción a las compañías lácteas por conductas anticompetitivas asciende a 88’2 millones de euros repartidos entre nueve empresas y dos asociaciones, ésta se basa en la infracción del artículo 1 de la Ley 16/1989, el artículo 1 de la Ley 15/2007 de Defensa de la Competencia y del artículo 101 del TFUE (Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea).
El intercambio de información tenía como objetivo consensuar y adoptar una estrategia entre las empresas implicadas para poder controlar el mercado del aprovisionamiento de leche. A esto hay que sumar que se realizaron acuerdos para coordinar precios de compra de la leche y la cesión de ganaderos entre las empresas.
Esta práctica afecta a los ganaderos, pero también a los consumidores al no poder acceder a un mercado competitivo justo, las empresas ajustaban su línea de trabajo evitando ofrecer mejores precios y condiciones comerciales a los ganaderos, de este modo se limita la competencia en el mercado. Los ganaderos no tenían libertad para poder fijar un precio a su producto, lo que distorsionaba totalmente un mercado libre y competitivo, es decir, en un mercado en el que la industria transformadora tiene una posición dominante frente a los ganaderos a la hora de negociar. Se obligaba a los ganaderos a vender la producción bajo los términos de las empresas a fin de poder conservar su cuota láctea.
Las empresas afectadas por la resolución de la CNMC son las siguientes: Danone S.A. (23’2 millones de euros), Corporación Alimentaria Peñasanta S.A. (21’8 millones de euros), Grupo Lactalis Iberia S.A. (11’6 millones de euros), Nestlé España S.A. (10’6 millones de euros), Puleva Food S.L. (10’2 millones de euros), Calidad Pascual (8’5 millones de euros), Senoble Ibérica S.L. (929.644 euros), Central Lechera Asturiana (698.477 euros), Gremio de Industrias Lácteas de Cataluña (200.000 euros), Asociación de Empresas Lácteas de Galicia (100.000 euros) y Central Lechera de Galicia S.L. (53.310 euros).
Algunas de estas empresas, como Central Lechera Asturiana, no están de acuerdo con la resolución anunciando que va a recurrir la multa por conducta anticompetitiva. En este caso, se deberá interponer un recurso contencioso administrativo en la Audiencia Nacional en un plazo máximo de dos meses, ya que ante esta resolución de la SNMC no se puede recurrir por vía administrativa.
Ahora bien, la sanción no se va a pagar hasta dentro de unos años, los juristas explican que el proceso judicial al que han recurrido las empresas sancionadas como Central Lechera Asturiana puede provocar un retraso del pago de hasta cuatro años, la razón es que después de presentar el recurso ante la Audiencia Nacional, se presentará otro en el Tribunal Supremo, todo sea por alargar lo máximo posible el pago de las multas, aunque hay que decir que estas empresas deberán presentar un aval por las cantidades de la sanción. Cabe la posibilidad que alguna empresa logre demostrar que la sanción no corresponde y se libre de ella.
Por otro lado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia reconoce que durante los últimos años han tenido que recalcular muchas de las sanciones que han impuesto, por lo que quizá es lógico que estas empresas recurran, ya que es posible que los tribunales obliguen a recalcular el importe de la sanción, generalmente termina siendo a la baja. Quizá la CNMC deba mejorar sus procedimientos para no tener que realizar nuevos cálculos y variar las sanciones delatando que el sistema no funciona de una forma correcta.
Las prácticas desleales y las conductas anticompetitivas son una constante, y no sólo en el sector lácteo, en mayor o menor medida se producen en distintos sectores afectando a productores y consumidores. Estas prácticas perjudican al tejido económico agroalimentario español, no es extraño que cada vez se reduzca el número de ganaderos y agricultores. Podéis conocer todos los detalles de las sanciones y los motivos que las han provocado, a través de la página oficial de la CNMC.
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