La salvia es un género de planta perenne de la que se conocen en torno a mil especies, pertenece a la familia de las Lamiáceas (Lamiaceae) como la menta, el orégano, el romero o el tomillo. Su nombre deriva del latín y significa ‘salud’ o ‘curar’, es una de las plantas más utilizadas en la medicina natural, se le otorgan múltiples propiedades para tratar distintas enfermedades.
La salvia común es la Salvia officinalis, esta planta de aspecto rústico crece bien en lugares secos, suelos rocosos y poco fértiles, tolera la sombra pero prefiere el sol. Su cultivo tiene varias finalidades, el uso medicinal, en la cocina, cosmético y ornamental. La amplia variedad de especies se encuentra en Europa, Asia, África, América… siendo una planta más utilizada, gastronómicamente hablando, en Italia y en Estados Unidos.
Crece alrededor de 70 cm., con base leñosa, numerosos tallos con hojas verdes y grisáceas, vellosas, alargadas, oblongas o lanceoladas, muy aromáticas. La floración, entre mayo y julio, muestra flores violetas en racimos, también muy aromáticas. La salvia es rica en aceites esenciales que concentran tuyol, alcanfor, cienol, humuleno, limoneno, linalol, pineno, entre otros terpenos, y flavonoides. Dependiendo de la especie y la zona geográfica de procedencia, los compuestos de la salvia pueden variar. La especie española de la salvia es la S. lavandulaefolia, en ella se ve reducido el contenido en tuyol, tiene más notas cítricas, de pino y eucalipto.
Las propiedades medicinales que se otorgan a la salvia son muchas, antimicrobiano, antispéptico, antiálgico, hipoglucemiante, antiinflamatorio, cicatrizante, digestivo, y entre muchas otras, se está utilizando en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer. No obstante, los componentes que concentran los aceites esenciales antes mencionados, el tuyol y el alcanfor, son tóxicos, por lo que su administración debe ser controlada.
En la cocina, la salvia es muy utilizada, tanto fresca como seca, para acompañar carnes grasas, como el pato, el cordero o el cerdo (sobre todo en embutidos), además de quesos y pescados también grasos. Aromatiza aceites y mantequillas, se puede utilizar en sopas, arroces y es interesante añadir salvia a las legumbres para hacerlas más digestivas.
La salvia forma parte de algunas mezclas de hierbas aromáticas como el Bouquet garni o las Hierbas de Provenza. Su sabor es algo picante, astringente y muy pronunciado, dependiendo de la especie, como la española, con intenso aroma y sabor a eucalipto y pino, en cualquier caso, dada su potencia aromática conviene utilizarla moderadamente.
Ayer decidimos comprar una macetita de salvia para instalarla en nuestro pequeño jardín urbano, podremos ir recolectando hojas hasta su floración, y utilizarlas en fresco o secarlas, aunque dudamos que nos dé tiempo a ello de momento, habrá que dejarla crecer.