El Parlamento Europeo ha realizado un llamamiento urgente para salvar a las abejas en Europa, aunque en realidad habría que hablar de salvar a las abejas en todo el mundo. Frenar la mortalidad de este insecto investigando para desarrollar nuevos medicamentos que acaben con los parásitos o enfermedades que les afectan, es una tarea obligada. Parece que no existe un interés por parte de las grandes compañías para tratar el problema, los medicamentos actuales no son efectivos y es necesario desarrollar nuevos productos que garanticen la continuidad de estos insectos. Para otros sectores, la elevada mortalidad de las abejas está relacionada con los cultivos intensivos y el uso de pesticidas, pero en realidad es un cúmulo de problemas el que se cierne sobre las pequeñas obreras.
Salvar a las abejas es prioritario y más cuando sabemos que la labor de las abejas está implicada en la producción de alimentos de una manera significativa. El 84% de las especies vegetales y el 76% de la producción alimentaria europea, dependen de la polinización de las abejas, por ello el Parlamento Europeo ha votado una resolución para que la Unión Europea aumente las partidas presupuestarias para la investigación y desarrollo de nuevos fármacos que puedan proteger a las abejas, insectos que parece que están en fase de convertirse en una especie en vía de extinción, basta con saber que durante los últimos años el número de colonias de abejas ha caído hasta un 30%, sin duda, es un dato preocupante.
Es interesante retomar la lectura del post Los alimentos y la polinización de los insectos, donde podíamos saber que su labor está cifrada en un valor económico que asciende a 153.000 millones de euros al año, además, sin la polinización no se podrá satisfacer la demanda de alimentos como las frutas o las verduras en un futuro a corto plazo, por otro lado hay que destacar que las abejas están implicadas en diferentes áreas económicas como la producción de miel, flores ornamentales o la producción de biocombustibles, entre otros.
El problema es serio, se ha hablado de cómo alimentar al mundo en 2050 y se han barajado medidas para poder incrementar la producción de alimentos, son varios los desafíos tecnológicos y los retos energéticos para poder incrementar la producción de alimentos hasta en un 70%, meta con la que en teoría se podría alimentar a la población dentro de unos 40 años. Se ha hablado del cambio climático y de la aplicación de las nuevas tecnologías que permitan desarrollar alimentos resistentes a la sequía extrema, que se puedan cultivar en terrenos pobres o con un alto índice de salinidad, se ha hablado del uso de alimentos transgénicos, pero la importancia de las abejas en la producción alimentaria parece haberse obviado hasta el momento, al menos en las grandes cumbres que han tratado el problema del abastecimiento alimentario mundial.
Año tras año se reduce la producción de miel en muchos países europeos, algo ligado a la reducción de las colonias de abejas, pero teniendo en cuenta que estos insectos son fundamentales en la agricultura y son responsables de la polinización de las flores de numerosas plantas y árboles, la desaparición de las abejas o una reducción significativa de su población (algo que está ocurriendo), representaría un grave varapalo ecológico y alimenticio. Para poder garantizar el abastecimiento alimentario en las próximas décadas es necesario luchar contra la reducción de las colonias de abejas, algo que ahora pretende impulsar el Parlamento Europeo, ya veremos si Europa escucha el llamamiento de los eurodiputados.