El último programa de Salvados, titulado Stranger Pigs, ha levantado ampollas en el sector porcino. Ya antes de que se emitiera el programa muchos temían lo que podría mostrarse, de hecho, la interprofesional Interporc pidió a Isabel García Tejerina, Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España, que frenase la emisión del programa con el supuesto de que haría daño al sector, además, en previsión de la emisión y sus consecuencias, se solicitaba que desde el Gobierno se saliera en defensa de esta industria a fin de evitar que los ciudadanos pudieran tener una imagen que, según Interporc, no corresponde a la realidad.
Evidentemente, no todas las granjas funcionan igual, unas trabajan según las normas y regulaciones comunitarias y españolas, y otras se saltan a la torera la reglamentación, no admitirlo es engañarse. Para algunos debe ser fácil incumplir la legislación, sobre todo sabiendo de boca de Francisco José González Zapater, Director General de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura de Murcia, que pueden pasar hasta siete años sin realizar una inspección a una explotación porcina. Aseguró ante las cámaras que su administración no tiene responsabilidad alguna sobre lo que ocurría en la granja que se muestra en el reportaje, puesto que si se desconoce la situación no existe responsabilidad.
Menuda forma de sacudirse las pulgas, si una de las labores de su administración es realizar inspecciones periódicas, es su responsabilidad en el momento en el que no han cumplido con este cometido, no sirve el argumento de que no se dispone de medios. Francisco José González Zapater explicaba que en la región de Murcia hay unas 1.500 explotaciones porcinas y para inspeccionarlas se cuenta con algo más de 40 inspectores, por lo que no se podían realizar inspecciones con la frecuencia que se requiere. ¿Cuánto se tarda en realizar una inspección?, ¿cuántas inspecciones realizan los inspectores al año?, ¿a qué se dedican los inspectores si no realizan inspecciones? Si cada inspector realizase 40 inspecciones al año, eso supondría cubrir 1.600 explotaciones, así que sus argumentos no tienen justificación alguna.
Claro, que no conocemos los inconvenientes reales a los que se enfrentan o que impiden realizar las inspecciones sanitarias y demás, pero lo lógico es contar con el número de inspectores adecuados que permitan la supervisión de las granjas, y si no se dispone de los medios, se debería denunciar a la administración estatal. Francisco José González asegura que incluso realizando inspecciones anuales se detectarían casos como el que ha destapado Salvados, casos que se consideran excepcionales. Entonces, siendo tan consciente de que esto ocurre, no serán casos tan excepcionales, ¿cómo pueden pasar siete años sin hacer su trabajo, permitiendo el sufrimiento animal y los peligros que se pueden volcar a la cadena alimentaria, dejando campar a sus anchas a los ganaderos que incumplen la normativa? Si sabe que esto sucede y no hacen nada para frenarlo, la administración es responsable. Tengamos en cuenta que la regularidad en estos procedimientos fuerza a la reducción de las irregularidades, además, se pueden plantear soluciones como la instalación de cámaras de vigilancia en granjas y mataderos, seguro que la medida sería muy disuasoria y evitaría las malas prácticas.
Sin duda, muchas personas se han estremecido con lo que se ha visto en el programa de Jordi Évole, el total abandono de los animales, cerdos que están llenos de malformaciones, heridas, hernias, úlceras… algunos mueren y sirven de comida para los otros cerdos. Viendo las condiciones en las que se encontraba la granja, a muchos se les quitan las ganas de comer carne de cerdo y de otros animales, que este problema no está sólo en el sector porcino. Lo cierto es que la emisión del programa Salvados, que ha contado con la colaboración de la ONG Igualdad Animal, ha abierto muchos ojos y ha hecho saltar chispas tanto entre los consumidores como en el sector ganadero en general (y también pagan justos por pecadores, todo hay que decirlo). Y esto no acaba aquí, se seguirá hablando sobre esto en las próximas semanas y es posible que algunas cosas cambien a partir de ahora.
Sobre la granja ‘protagonista’ del programa, comentaron que suministra la carne a Cefusa, empresa perteneciente a ElPozo Alimentación S.A., que se ha visto seriamente afectada en este escándalo (aunque no es el primero), sobre todo porque no quiso conceder una entrevista al periodista en su momento, pues si cierran las puertas a las cámaras, algo tendrán que esconder. Pero tardó muy poco en lanzar un comunicado a través de Twitter, no esperó ni a que finalizara el programa, lo hizo durante la emisión de Stranger Pigs. Lanzaron un hilo de tuits que mostraban que ya estaban preparados, lo consideraban muchos de los miembros de la red social que se mostraron indignados ante las imágenes. La empresa afirma que es imposible que animales como los mostrados en Salvados entren en su cadena producción, algo que muchos internautas no creen. ElPozo asegura que las imágenes que se vieron en el programa corresponden un área de recuperación sanitaria, siendo animales que tienen algún tipo de malformación o enfermedad de nacimiento y que deben vigilarse para controlar su evolución y mejora, esto para algunos es un insulto a la inteligencia y no concuerda con lo comentado por los responsables de la granja cuando explicaban a Jordi Évole que vivían de la explotación.
Se asegura que las imágenes que muestra son de una zona específica de animales enfermos, aunque fuera verdad, si ese es el estado en el que atienden a los animales enfermos, dejando que se mueran y se coman entre ellos, no tratando sus úlceras, heridas y demás problemas, ¿cómo tendrán a los animales sanos?. Quienes aseguran que es un área de recuperación sanitaria deberían evitar esos argumentos que se caen por su peso, es evidente que en el estado en el que están y con la actuación de los responsables no puede haber ningún tipo de recuperación.
Dado que el programa hizo alusión a ElPozo, es lógico que esta empresa intente defenderse (tenga o no tenga razón), pero la actuación es calificada como deplorable, considerando que es necesario dar la cara y no escudarse con respuestas a través de las redes sociales, además de con este comunicado en su página web, comunicado al que le falta autocrítica, reconocimiento de que situaciones como la que se ha visto en el reportaje pueden ocurrir y escaparse al control, etc.
Este no es un problema exclusivo de las granjas o mataderos españoles, ya lo sabéis, el incumplimiento de la normativa sobre el bienestar animal ocurre en también otros países, por ello es necesario que las administraciones de cada uno tomen las medidas oportunas para evitarlo. Salvados no ha destapado nada nuevo, es una situación que se denuncia desde hace bastante tiempo por Igualdad Animal y por otras organizaciones animalistas. En el año 2010, unos 60 activistas de Igualdad Animal entraron en 172 granjas de cerdos de las comunidades de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia, Euskadi y Valencia, el resultado fue la grabación de un vídeo con imágenes tan duras como las vistas en Salvados, os invitamos a acceder a esta página web y a esta otra para saber más del tema.
Si el sector no tiene nada que esconder, no debería vetar las visitas a las granjas, evitar las entrevistas (sobre todo cuando hablan de transparencia y libertad de información), al respecto, citamos un fragmento del comunicado de ElPozo: “ELPOZO ALIMENTACIÓN valora el papel fundamental que desarrollan los medios de comunicación y defiende, por encima de todo, el derecho a la información y la libertad de expresión. Y para que la información sea veraz ofrece a quien lo solicite toda la documentación de que dispone.” Por eso, lamentablemente en el reportaje se tuvo que asaltar una granja. Lo cierto es que ahora el problema ha tenido su máxima repercusión gracias a Salvados y quizá por eso se tomen las medidas oportunas que respeten el derecho de los animales a tener un trato digno.
Nos quedan muchas cuestiones en el tintero sobre un problema que, según los grupos animalistas no es algo puntual, pero ahora queremos concluir con un extracto de lo que se recoge en el MAPAMA:
“Toda persona que posea cerdos o que tenga actualmente cerdos bajo su control (en lo sucesivo denominada “ganadero”) y toda persona implicada en la explotación de cerdos deberá asegurarse, conforme a sus responsabilidades, de que se tomen todas las medidas razonables para salvaguardar el bienestar, incluida la salud, de todos los animales.”
“Deben cuidar a los cerdos un número suficiente de personas con conocimientos apropiados sobre los cerdos y sobre el sistema de explotación utilizado, para poder:
a. determinar si los animales gozan o no de buena salud;
b. reconocer si los animales pueden mantenerse en pie y desplazarse normalmente;
c. reconocer un comportamiento normal y comprender el significado de los cambios de comportamiento;
d. apreciar si el entorno está adaptado al bienestar de los animales, incluida su salud.
Volveremos a hablar del tema teniendo en cuenta la legislación comunitaria y española sobre cómo deben ser las explotaciones, qué requisitos se deben cumplir desde el nacimiento del animal, hasta que llega al matadero y su posterior sacrificio.