La receta de Salsa brava es una de las elaboraciones en su clase, más popular en la gastronomía española, es una inseparable de las patatas fritas en las tapas más tradicionales, nadie se libra de disfrutar una y otra vez de una ración de patatas bravas cuando se va de tapas. Pero seguramente estaréis de acuerdo con nosotros en que hay demasiadas diferencias entre una salsa brava y otra.
Cuántas veces hemos pedido patatas bravas y nos sirven unas patatas fritas con un par de cucharadas de mayonesa y pimentón picante espolvoreado, o una salsa de color rosa que sí, es brava porque pica, pero no se adivina a lo que sabe, otras veces es tomate frito con tabasco… Efectivamente, se le llama salsa brava a un amplio abanico de salsas, y es que posiblemente es difícil descubrir cuál es la auténtica receta de salsa brava, ¿y qué nos decís de su origen?. Por cierto, ¿habéis probado ya la salsa brava de Albert Adrià?
Hoy compartimos con vosotros nuestra Salsa brava, una de las variantes que hacemos y que nos encanta. Seguramente a muchos os apetecerá disfrutar del aperitivo en casa, así que esperamos que os resulte útil y que os guste.
Ingredientes
- 700 gramos de tomates pera
- 1 c/p de azúcar
- 1 cebolla blanca mediana
- 2-3 dientes de ajo
- cayena (la cantidad necesaria según lo picante que quieras hacer la salsa)
- 1 c/p de pimentón de la Vera picante (puedes mezclar con pimentón dulce)
- pimienta negra recién molida
- un chorrito de vinagre de Jerez
- aceite de oliva virgen extra
- sal.
Elaboración
Ralla los tomates y añádeles una cucharada de azúcar. Pela la cebolla y pícala, pela y pica también los ajos. Retira los rabitos y las semillas de la cayena.
Pon un poco de aceite de oliva en una sartén y pocha la cebolla con una pizca de sal a fuego medio-bajo, cuando esté transparente y blandita, añade el ajo picado y continúa rehogando hasta que esté hecho. Incorpora la cayena y el pimentón, en unos instantes desprenderá su aroma, entonces vierte el tomate rallado, sube el fuego y salpimenta al gusto y añade el vinagre de Jerez. Nosotros ponemos muy poquito porque no nos gusta que se note.
Cuando la salsa de tomate empiece a hervir, baja el fuego y deja cocer hasta que se evapore casi por completo el agua del tomate, ve moviendo de vez en cuando y prueba por si deseas que esté un poco más picante. Si por el contrario te has pasado, siempre puedes añadir más tomate, pero piensa que después hay que poner salsa brava en cantidad moderada sobre las patatas.
Antes de que la salsa haya evaporado toda el agua, como os indicábamos, pasarla al vaso de la batidora, retirar las cayenas y triturar hasta obtener la textura deseada. Para terminar y recuperar el color de la salsa, vuelve a verterla en la sartén, deja reducir cinco o diez minutos más y después deja enfriar tu salsa brava casera.
Ahora sólo te queda hacer unas buenas patatas fritas y bañarlas con la salsa brava, pero no te pierdas esta salsa con otros ingredientes como unos pinchos de carne o una tortilla de patatas. ¡Buen provecho!