En el mes de marzo nos hacíamos eco del compromiso para no comercializar salmón transgénico en Estados Unidos, a él se han adherido varias cadenas de supermercados, pero además se siguen sumando otros comercios minoristas. La campaña persigue la transparencia informativa y que los consumidores puedan ejercer su derecho a elegir, como sabemos, actualmente ningún alimento modificado genéticamente está identificado como tal en el país. Ya son casi 60 cadenas de alimentación que operan a nivel nacional las que han firmado el compromiso puesto en marcha por Amigos de la Tierra, pero además otras cadenas regionales prometen que no comercializarán el salmón modificado genéticamente en el caso de que la FDA lo apruebe finalmente.
Tras el informe previo en el que se concluía que el salmón no perjudicaría ni al medio ambiente ni a los seres humanos, siendo un alimento considerado equivalente al salmón tradicional, se abrió un plazo de 60 días para recibir comentarios antes de dar a conocer el informe definitivo, dicho periodo concluyó el pasado mes y posiblemente la FDA (Food and Drug Administration) dará a conocer el veredicto en breve, recordemos que de ser favorable, supondría ser el primer alimento transgénico animal aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Sin embargo, el salmón transgénico está en cierto modo contra las cuerdas, día a día se suman nuevos opositores y se adhieren al compromiso mencionado.
Largo camino el del salmón de AquaBounty Technologies, ha sido objeto de examen desde el año 1996, año en el que la empresa realizó la primera solicitud de aprobación a la FDA, pero parece que el camino llega a su fin, son muchas las organizaciones que temen un veredicto favorable, además de los riesgos relacionados con las cuestiones medioambientales que algunos investigadores han planteado, se reivindica sobre todo un etiquetado claro y transparente, no se habla de riesgos para la salud, incluso el aspecto medio ambiental parece quedar relegado a un segundo término, se hace especial énfasis en un etiquetado que identifique al salmón y que permita a los consumidores elegir bajo sus criterios y convicciones, algo que también se solicita con otros alimentos. Recordemos que son varios los Estados del país que han iniciado campañas para intentar conseguir los cambios oportunos en la legislación alimentaria que permitan la identificación de los alimentos transgénicos.
De ser aprobado el salmón modificado genéticamente de AquaBounty Technologies, se produciría en la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá) situada en el océano Atlántico y en piscifactorías situadas en Panamá, estos salmones tendrían como destino el mercado estadounidense. Pero si no están identificados, ¿cómo sabrán las empresas alimentarias que se trata de un salmón transgénico? En el caso de ejemplares enteros el tamaño delatará su origen, recordemos que fue desarrollado a partir de un salmón del Atlántico al que le insertaron un gen de crecimiento del salmón Chinook (Oncorhynchus tshawytscha), una de las especies más grandes de la familia de los salmónidos, también se le insertó el gen de una anguila, ambos genes facilitan el crecimiento continuado durante todo el año superando el comportamiento de los salmones tradicionales.
Con la llegada del invierno y la bajada de temperatura del agua, los salmones tradicionales dejan de crecer, pero la modificación genética se salta el gen regulador del crecimiento y los cambios de temperatura no le afectan, por tanto, con la misma alimentación se logra obtener un salmón que puede ser hasta cuatro veces más grande que un salmón tradicional y además en un periodo de 18 meses, a diferencia de los 36 meses que son necesarios para obtener un salmón tradicional con un tamaño razonable. De todos modos, seguramente la empresa responsable del salmón ya buscará alternativas que faciliten su introducción en el mercado alimentario, de hecho y a pesar de todos los problemas generados, la empresa AquaBounty, cree que se mantendrá su capacidad de negocio y asegura que muchos operadores estarán dispuestos a trabajar en la producción y comercialización del salmón, la razón es que afirma que cuenta con avales importantes como la calidad y la seguridad.
La campaña contra el salmón transgénico se ha intensificado, Amigos de la Tierra y otros grupos ambientalistas piden a todos los operadores, restaurantes, pequeños y grandes comercios, empresas dedicadas al comercio de productos marinos, etc., que se comprometan a no comprar ni vender alimentos marinos modificados genéticamente, la razón ya la hemos explicado, ya no se habla de riesgos medioambientales o problemas para la salud, la campaña gira en torno al derecho a saber y elegir de los consumidores. Los consumidores lo tendrán algo complicado para saber si es o no un salmón modificado genéticamente, por lo que como dicen aquí, no queda más remedio que confiar en los operadores y minoristas.
Es difícil saber si el compromiso para no comercializar salmón transgénico servirá de mucho, hay que tener en cuenta que aunque se han adherido varios minoristas, otros pequeños y grandes operadores alimentarios no quieren saber nada de esta acción.