Un estudio realizado por investigadores del Laboratory of Estuarine and Coastal Research concluye que la sal marina que se comercializa en China está contaminada con partículas de microplástico. A partir de los resultados obtenidos, los expertos barajan la hipótesis de que se podría estar comercializando sal marina en todo el mundo contaminada con elementos plásticos procedentes de las botellas de plástico fabricadas con tereftalato de polietileno (PET), polietileno, celofán y otros materiales plásticos.
Los denominados microplásticos o partículas de plástico, están presentes en todos los mares y océanos del mundo, muchos investigadores han advertido de que este material representa un mayor riesgo para la vida marina que la contaminación visible por plástico, como pueden ser las botellas vacías u otros artículos plásticos de desecho que podemos ver en las playas o flotando en los mares. Se ha advertido que si no se toman medidas drásticas para frenar la venta de productos plásticos desechables, el problema se agravará en todo el mundo.
Los microplásticos son ingeridos con facilidad por peces y otros animales marinos, por lo que los investigadores consideraron que no sería extraño encontrar sal marina contaminada con partículas de plástico. Los expertos adquirieron 15 marcas de diferentes tipos de sal, marina, procedente de lagos y pozos salobres, salinas, etc., en distintos supermercados de toda China. De las variedades analizadas, la sal marina era la que más concentración de partículas de plástico tenía, entre 550 y 681 partículas por kilo, siendo el tereftalato de polietileno el elemento con mayor presencia, seguido del polietileno y el celofán. El resto de sales contenían partículas plásticas pero en una concentración mucho menor.
Todo este plástico procede de los desechos plásticos que acaban en los mares y océanos de todo el mundo, a consecuencia de los agentes ambientales se van degradando, convirtiéndose en micropartículas que terminan alojándose en el organismo de los animales marinos y posteriormente en el ser humano, estas partículas pueden actuar como disruptores endocrinos, incrementar el riesgo de sufrir cáncer, etc. Merece la pena dar un vistazo a este estudio realizado por expertos de la Universidad de Georgia (Estados Unidos), en el que se calculó la cantidad de residuos plásticos que están acumulándose en los océanos de nuestro planeta, los resultados obtenidos asustan y deberían servir para llevar a cabo políticas más rígidas que eviten el vertido de estos materiales.
Aunque en el estudio realizado por SKLC se centró exclusivamente en la sal que se comercializa en los supermercados chinos, es posible que la sal que se comercialice en otros países del mundo también esté contaminada con partículas de plástico, algo lógico teniendo en cuenta que este material se ha convertido en un elemento contaminante omnipresente. Los expertos explican que la concentración de partículas de plástico en la sal es mucho menor que la presente, por ejemplo, en el marisco, por lo que el uso de la sal supuestamente contaminada con plástico no debería ser la mayor preocupación, pero no hay que restarle importancia. La solución que se propone es la misma que la del estudio de la Universidad de Georgia antes citado, cuanto menos plástico llegue a los océanos, menos será el contenido de estas partículas en los animales marinos, la sal, el mar, etc.
Esta investigación invita a desarrollar nuevos estudios para conocer el grado de contaminación por microplásticos en la sal que se comercializa en otros países del mundo, posiblemente y dependiendo de la zona en la que se obtenga la sal, la concentración de este contaminante podría ser mayor. Como información adicional y para tener una idea más clara del problema, os invitamos a ver el siguiente documental titulado Océanos de Plástico.
Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Environmental Science & Technology.
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