Cada vez es más habitual encontrar recetas que indican el uso de sal kosher entre sus ingredientes, sobre todo se puede ver en blogs de fuera de nuestras fronteras. Quizá tengáis curiosidad por saber qué es la sal kosher y qué diferencias tiene con la sal común.
Como seguramente ya sabéis, kosher (o kasher) es un término yidish (judío o hebreo) que significa ‘puro’, como os indicábamos en el post del Vino kosher, es parte de los preceptos del judaísmo. Para que un alimento se considere kosher debe pasar por una serie de procesos fieles a la religión judía y estos alimentos son los que pueden consumir quienes profesan esta religión.
La sal kosher no está yodada ni fluorada, se utiliza principalmente para el tratamiento de la carne kosher, para extraer la sangre en el proceso del kashrut (otra de las leyes alimentarias judías es que no pueden comer nada con sangre). Es una sal gruesa, a veces en escamas, y afirman que tiene un sabor más limpio que la sal común, por lo que son muchos los cocineros norteamericanos e ingleses que están adoptando la sal kosher para cocinar.
El problema al principio puede ser la diferencia en sabor y en volumen al adicionar los platos, pues no todas las sales kosher tienen el mismo grosor. Otro problema es utilizarlo en bizcochos u otras elaboraciones porque no se disuelve bien en pequeñas cantidades de líquido. También hay que tener en cuenta el yodo que introducimos en nuestra dieta a través de otros alimentos antes de pasar a consumir sal kosher.
Desconocemos si por las cocinas nacionales ya corre la sal kosher. ¿La habéis probado?, ¿encontráis interesantes diferencias?