Desde hace unos meses hemos estado condimentando algunos de nuestros platos con una sal aromatizada que finalmente se ha instalado en nuestra cocina, pensábamos que nos agradaría más con platos de otoño o invierno, pero la verdad es que la sal de enebro es muy versátil, por eso queremos compartirlo con vosotros.
Poco hay que explicar sobre cómo hacer sal de enebro, es más simple que otras sales aromatizadas que os hemos mostrado, pues sólo son estos dos ingredientes los que se deben mezclar, enebro y sal, generalmente la preparamos con flor de sal, pero según qué platos vaya a condimentar y en qué momento, se puede hacer también con sal fina.
Las bayas de enebro, también conocidas como enebrinas, son en realidad conos femeninos en forma de baya esférica, fruto de la planta leñosa que porta el mismo nombre. Como sabemos, es una de las aromáticas con las que se elabora la ginebra, en cuanto a la cocina, principalmente se incorpora en platos de caza, adobos, encurtidos, salsas… La verdad es que no se encuentra a menudo, al menos en nuestra gastronomía, y personalmente nos encanta.
Sus notas amargas, dulzonas y cítricas nos dan muchas posibilidades, pero hay que reconocer que su aroma y sabor es muy intenso y conviene iniciarse en su consumo con pequeñas cantidades. Además de poder consultar y probar recetas como la Pasta con ragú cremoso al enebro o el Pollo con lima y enebro, entre otras, quizá os queráis animar con la sal de enebro, sea para cocinar o para terminar algún plato.
La proporción que utilizamos para preparar esta sal, que no guardamos más de una semana para que no pierda muchos aromas, es de 40 gramos de flor de sal y 2 gramos de bayas de enebro (se puede variar según la intensidad que se desee). La preparación es muy simple, en primer lugar se machacan las bayas en un mortero o suribachi, y después se mezcla con la sal, guardándola a continuación en un tarro bien cerrado, habrá para varios usos.
Si os preguntáis con qué alimentos la podréis emplear, además de lo mencionado anteriormente, os recomendamos probar la sal de enebro con carne de cerdo y de ternera, con pescados ahumados, con quesos curados, con verduras y con algunas frutas como los cítricos o los frutos rojos. Si tenéis alguna recomendación que hacer al respecto, la esperamos, seguro que conocéis alguna combinación exquisita.